“El ahorro ascendió a $6,7 billones”

Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, advierte que los jóvenes son quienes más deben preservar sus cesantías porque son los más vulnerables al desempleo.

El Espectador
30 de enero de 2014 - 04:53 p. m.

A medida que el Gobierno ha venido enfocando sus esfuerzos en aumentar la formalización laboral, el número de afiliados a los fondos de cesantías ha ido incrementándose. Hoy, cerca de seis millones de personas son aportantes y gracias a este ahorro tienen la posibilidad de adquirir vivienda, invertir en educación o acceder a un apoyo económico si pierden el empleo. Tan sólo en la última década, según Asofondos, se han desembolsado más de $18 billones para estos rubros.

En entrevista con El Espectador, Santiago Montenegro, presidente de este gremio, hizo un llamado a los jóvenes del país para que conserven este ahorro, ya que la inestabilidad laboral y el desempleo los afectan con más fuerza. “Si no cuentan con un nivel educativo alto, llegan a tener el dob le de posibilidades de quedarse sin trabajo”. Además, resaltó la importancia del ahorro a largo plazo para adquirir vivienda, un bien que a su juicio es un buen destino de inversión en medio de un contexto en el que tener casa propia se ha convertido en un privilegio.

Así como están las cosas en el mercado laboral, en el que persiste una elevada informalidad, ¿para qué están usando sus cesantías los colombianos?
En el caso de los fondos de cesantías, tenemos seis millones de afiliados. En 2013 vimos que un 34% de los retiros se destinaron como cobertura por desempleo ($1,08 billones); para educación el porcentaje fue de 9% ($286.000 millones) y para gastos asociados con vivienda los trabajadores invirtieron $1,56 billones, correspondientes al 49% de los retiros. El año pasado el monto total del ahorro en cesantías ascendió a $6,7 billones.

¿Cómo se complementa el sistema de protección al cesante con el sistema de cesantías tradicional?
El Mecanismo de Protección al Cesante permite efectuar una especie de ahorro voluntario, que según la proporción deseada por parte del trabajador, se “congela” y se destina únicamente para cubrir una eventual situación de desempleo.

Las cesantías, tal como fueron concebidas, operan en la práctica como un medio que brinda seguridad ante una situación de desvinculación laboral. De todos modos, tanto el Mecanismo de Protección al Cesante como el régimen actual pueden ser complementarios. Lo importante es que los dineros se preserven como ahorro.
Asofondos ha insistido en que los jóvenes que trabajan en Colombia deben preservar sus cesantías, dado el alto desempleo juvenil. ¿Hay conciencia en esta población sobre la importancia del ahorro?

Es difícil decirlo. Hemos reiterado muchas veces la importancia de conservar este ahorro, en particular, los trabajadores jóvenes. Varios estudios muestran cómo este segmento es el más vulnerable frente al desempleo.
El DANE reveló que para el trimestre agosto-octubre de 2013 la tasa de desempleo de jóvenes entre los 14 y 28 años ascendió a cerca del 15% frente a un 8,6% para el resto de trabajadores. Por eso es tan relevante que tengan conciencia de lo que significa para su tranquilidad ahorrar las cesantías.

La mayoría de los retiros de cesantías se han empleado en vivienda. ¿Qué opina de esta tendencia, sabiendo que los precios de la finca raíz en el país son de los más altos de la región?
La vivienda siempre será un buen destino de inversión. La ley permite enfocar los recursos de cesantías a este rubro. Ya es una decisión muy personal de cada trabajador sopesar las ventajas y sus posibilidades para acceder a una vivienda. En todo caso, ser propietario es todo un privilegio en un país donde relativamente pocos tienen casa propia. Las cesantías, en este caso, canalizan o potencian inversiones que brindan bienestar y seguridad.

¿Cuál es su balance del comportamiento de los fondos de pensiones y cesantías?
Como todos los activos financieros, el desempeño de los fondos de cesantías debe ser evaluado en ventanas de tiempo coherentes con sus perfiles de riesgo. Hoy en Colombia existen dos tipos de portafolios: corto plazo, destinado a aquellos trabajadores que esperan retirar prontamente sus recursos por alguna de las causales permitidas por la ley, y el de largo plazo, para los trabajadores que prefieren mantener sus recursos en el fondo y así tener mejores rendimientos.

Estos dos tipos de portafolios no han presentado desvalorizaciones desde su creación en enero de 2010 si se evalúan con las ventanas de tiempo propuestas por la Superintendencia Financiera para la medición de la rentabilidad mínima. Estos portafolios, al estar invertidos en activos financieros, tienen fluctuaciones si se evalúan con ventanas de tiempo inferiores y por esto la importancia de que los afiliados escojan el que más les convenga.

Por El Espectador

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