El dilema del salario mínimo

El incremento que regirá el próximo año es del 7 %. Los bajos niveles de productividad son argumento para que el aumento no sea mayor.

Edinson Bolaños / María Alejandra Medina
30 de diciembre de 2015 - 09:50 p. m.
Según el Banco de la República, la inflación en 2015 estaría en 6,7%. / BluRadio
Según el Banco de la República, la inflación en 2015 estaría en 6,7%. / BluRadio

De forma inusual el ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón, anunció ayer a través de su cuenta de Twitter el incremento del salario mínimo que se ganará un colombiano en 2016: $689.455, es decir, $45.105 que se suman a los $644.350, remuneración básica de este año. Minutos después de dar esta noticia, nuevamente por la red social, el ministro Garzón publicó el otro dato esperado: el subsidio de transporte para el próximo año será de $77.700.

Tras no llegar a un acuerdo la comisión de concertación laboral –que rige desde 1997 para definir consensuadamente entre trabajadores, empresarios y gobierno el incremento anual del salario mínimo–, el ejecutivo finalmente lo hizo por decreto, y anunció que el incremento es del 7 % y el del auxilio de transporte del 5 %.

Como todos los años, la puja entre empresarios y centrales obreras estuvo marcada por diferencias abismales en el monto que cada uno puso sobre la mesa. Los primeros propusieron el 6,8 %, arguyendo que un aumento desmedido del salario mínimo podría incrementar el desempleo, el cual, según datos del último trimestre, viene al alza en el país.

Pero eso no es todo. Guillermo Botero, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), explica que las condiciones actuales de la economía colombiana no están para ser tan generosos como ocurrió dos años atrás, cuando fue la última vez que se llegó a un acuerdo entre las partes. “En 2013 la inflación fue de 1,94 % y el incremento del salario fue de 4,6 %. Hoy, con una inflación desbordada, que podría cerrar en 6,5 %, es muy difícil subir más allá del 7 %, pues tendría un impacto agresivo en la nómina oficial y de pensionados que debe pagar el Gobierno”.

Del otro lado, en el tire y afloje de cada diciembre, los sindicatos exigieron un aumento mínimo del 8,5 %, es decir, $10.000 más de lo definido ayer por el Ejecutivo, alegando que en los 15 años que han transcurrido de este siglo, el salario mínimo ha perdido 4,7 % de capacidad adquisitiva en la canasta familiar, tanto, que hoy solo se puede adquirir el 50 % de dichos productos.

Para Luis Alejandro Pedraza, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), en 2016 el salario mínimo entrará en una fase de deterioro. Esto es que, según un estudio que dicho sindicato hizo con docentes de la Universidad Nacional, la inflación de este año concluirá en el 7,2 % para los ingresos bajos. Asegura que el Gobierno tendría que cambiar el decreto a principios de 2016 para ajustarse al mandato de la Corte Constitucional: el salario mínimo no podrá ser en ningún caso inferior a la inflación causada.

“Eso significa que el año entrante tendremos un incremento en el valor de los productos de la canasta familiar y según se ha anunciado también en el IVA en 19%, y eso lo único que va a provocar será una mayor agudización de la inequidad social que tiene Colombia”, dijo Pedraza.

¿Un salario de todas formas alto?

José Manuel Restrepo, rector de la Universidad del Rosario, señala la doble aproximación que se puede hacer al salario mínimo. Por un lado, “la canasta básica que necesitaría una familia para ser satisfecha. Eso indica que posiblemente el salario (mínimo en Colombia) dista mucho de satisfacer ese básico, que algunos lo estiman en $1,2 millones”. En efecto, según cálculos de la Escuela Nacional Sindical, la cobertura del salario mínimo con respecto a la canasta básica para una familia de cuatro personas es apenas del 21 % para ingresos medios y 41 % para ingresos bajos. Pero, por otro lado, según Restrepo “hay que analizar lo que indexa el dato del mínimo en la economía. Por ejemplo, las pensiones se atan a este tema y buena parte de las pensiones en el sector público impactan negativamente en la situación fiscal”.

El aumento del salario mínimo se da en un momento difícil para la economía, con menores perspectivas de crecimiento y un desempleo que, si bien se redujo hasta 7,3 % en noviembre, pasó de 8 % a 8,1 % en el trimestre móvil. Según el rector del Rosario, “eso puede llevar a que un aumento exagerado de salario eleve los costos fiscales del país y genere una posibilidad de mayor nivel de desempleo, porque el empresario empieza a descontratar o no contratar empleados”. Lo que es cierto es que con una inflación para 2015 que se prevé en 6,7 %, el aumento del salario mínimo que rigió para 2015 (4,6 %) se quedó corto.

Aun así, en repetidas ocasiones, organismos como la OCDE y el BID han señalado que el salario mínimo en Colombia es alto en comparación con la productividad del país, que este año fue negativa (0,5). “El indicador que se saca a nivel mundial dice que un salario mínimo por encima del 60 % del salario promedio de un país es un salario que no está en línea con la productividad de los trabajadores”, explica Stefano Farné, director del observatorio del mercado laboral de la Universidad Externado de Colombia. El Banco Mundial, agrega, dice que la proporción debería ser el 25 %, pero en Colombia se ubica entre el 60 y el 65 %. “Salario y productividad es casi lo mismo en economía (si gana mucho es porque produce mucho). Es decir, el salario está creciendo a una tasa superior que lo que está creciendo la productividad”.

En 2015, el Consejo Privado de Competitividad entregó sus recomendaciones de política pública de cara a una deficiente productividad. En suma, es una estrategia para corregir bajas coberturas en salud y educación, combatir la corrupción, entre otros factores estructurales que obstaculizan que Colombia sea productiva y competitiva. Entre las sugerencias está la reforma tributaria, en la que estaría incluido un aumento del IVA. Ese, precisamente, ha sido uno de los costos adicionales para el próximo año que han puesto a la gente a pensar si un 7 % más de salario mínimo es suficiente, sobre todo teniendo en cuenta que la inflación para los ingresos bajos ha sido mayor que la del resto en lo corrido del año.

Por Edinson Bolaños / María Alejandra Medina

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