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El valor de los Lleras

El vicepresidente Germán Vargas Lleras, tras cuatro meses de ausencia en el cargo por su estado de salud, reactivó labores en el lanzamiento del nuevo billete de $100.000, donde aparece la imagen de su abuelo, Carlos Lleras Restrepo.

Edinson Arley Bolaños
31 de marzo de 2016 - 11:10 p. m.

Llegó tarde al evento, pero fue el primero en entrar a la tesorería improvisada que montó el Banco de la República para cambiar billetes de $100.000. Fue en la casa museo Carlos Lleras Restrepo ubicada en la calle 70 A con séptima, uno de los centros financieros de Bogotá. El personaje: el actual vicepresidente de Colombia y nieto del expresidente que aparece en el nuevo papel moneda, que ahora es el más reputado de la economía colombiana.

Durante una hora, José Darío Uribe, gerente del Banco de la República, leyó un discurso de cuatro páginas. Elogios a la figura del expresidente: “Para el Banco resultó algo natural y muy placentero sumarse a esta Ley de Honores, porque en la muy fructífera carrera de Carlos Lleras fueron varias las actuaciones suyas que apoyaron las labores del Emisor, tanto en su paso por el Ministerio de Hacienda de la administración de Eduardo Santos, como en su periodo presidencial”.

El evento empezó 40 minutos después de lo previsto, esperando a que llegara el vicepresidente Vargas Lleras. “Estaba en reunión con el presidente Santos”, dijo, mientras anunciaba que ya está mejor de salud, luego del desmayo que sufrió el 2 de diciembre de 2015 y que lo llevó a la unidad de cuidados intensivos.

“Yo estoy en plena forma. Debo advertir que en el mes de abril debo someterme a una nueva sección de radioterapias que serán preventivas, pero eso para nada interrumpirá el trabajo que debo realizar. Mañana estaremos haciendo entrega de las obras terminadas en el aeropuerto de Carepa, Antioquia”, replicó con voz pausada y aún con la secuela de haber perdido el cabello tras someterse a una cirugía para extraerle un tumor benigno de la cabeza.

En el auditorio no había mesa principal. Se sentó en primera fila en una de las cuatro sillas reservadas, pero al lado de José Darío Uribe. Los otros asientos los ocuparon dos personajes con los que no medió palabra durante la ceremonia: el exministro de la Presidencia, Néstor Humberto Martínez y el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría. Este último, como Vargas Lleras, también una ficha presidenciable, han dicho los adivinos del futuro político del país.

“Lleras será siempre recordado como uno de los grandes estadistas de Colombia”, decía Uribe mientras el vicepresidente sonreía y miraba hacia atrás al auditorio. Más allá, después de la silla vacía del gerente del Banco de la República, que concluía su discurso, hablaban al oído y sin parar Néstor Humberto y Mauricio Cárdenas. Algo le dijo Lleras al primero, tocándolo al hombro, pero este no se inmutó.

Antes de que terminara ese discurso, el ministro Cárdenas se paró de su silla, solo se despidió de Néstor Humberto y salió despavorido. Hasta a los guardaespaldas los dejó rezagados. Nada lo detuvo. Ni siquiera miró la cara de Lleras Restrepo en el billete original. Mucho menos llevó algún ejemplar para coleccionarlo, como casi todos los asistentes.

“Al reiterar nuestro saludo a los familiares del doctor Carlos Lleras, cuya imagen nos sentimos orgullosos de haber incorporado al circulante colombiano, deseo agradecer a todos su compañía en esta ocasión de tanta importancia para el Banco de la República”, concluyó Uribe. De inmediato Vargas Lleras, sin vacilar se paró de su silla y le dio un efusivo abrazo y apretón de manos a quien acababa de imprimir para la historia la cara de su abuelo.

Terminó ese evento, pero siguieron dos alternos. En un salón contiguo, donde estaba la tesorería improvisada del Emisor, un hombre de traje negro y guantes blancos, estaba sentado en un cajón de madera donde guardaba los billetes de $100.000. Ahí, previo a pasar por dos guardias, entró German Vargas Lleras. “Compré dos billetes que pienso guardar como recuerdo de mi abuelo”, acotó.

Los periodistas también entregaron dos billetes de $50.000 para tocar en alto relieve la cara del expresidente. Lo hicieron y entre chiste y chiste, no ahorraron sátiras para la escena que acababa de concluir: “Raro que aparezca en este momento la imagen del abuelo de Vargas Lleras”, dijo uno. Y una mujer encopetada en sus tacones, pero a juzgar por lo que dijo, de corte liberal, acotó: “El próximo será con la imagen de Uribe y Laureano Gómez juntos, para que nos recuerde todos los días el país en el que vivimos”.

Por Edinson Arley Bolaños

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