Sin embargo, el director del grupo de bienes de lujo LVMH, que incluye marcas como Dior, Louis Vuitton y la champaña Dom Pérignon, insistió en que no lo hacía para evitar los impuestos en su país.
La revelación motivó una reacción inmediata por parte de la oposición de centro-derecha, que dijo que la culpa de ello la tenían las políticas socialistas del presidente. “Cuando se tomen decisiones estúpidas, estos serán los resultados”, dijo François Fillon, el primer ministro bajo el mandato del expresidente Nicolás Sarkozy.
“El líder de una de las mejores empresas del mundo, que simboliza el savoir faire y el éxito franceses y es conocida en todo el mundo, podría cambiar de nacionalidad por la política tributaria de nuestro país. Eso es desastroso”, agregó Fillon.
Arnauld, que emigró a Estados Unidos en 1981, durante la última presidencia socialista, emitió un comunicado luego de un informe en el periódico belga La Libre Belgique, que confirmaba su solicitud de la ciudadanía belga, pero dijo que estaba buscando la doble nacionalidad. “Es y seguirá siendo un residente tributario en Francia”, dijo el comunicado.
Se dice que la decisión de asumir la ciudadanía belga está relacionada con sus muchas inversiones en ese país, a través de su compañía privada, el Groupe Arnault.
Una persona cercana al empresario señaló que no era necesario que asumiera la ciudadanía belga para convertirse en un exiliado tributario allá. Agregó que Arnault tenía intenciones de desarrollar sus intereses empresariales en Bélgica, con el empresario belga Albert Frere, un socio cercano, y la doble nacionalidad le ayudaría a hacerlo.