Los multimillonarios George Soros, quien según la revista Forbes es la séptima persona más rica del mundo, y Louis Moore Bacon, uno de los 100 grandes inversores del siglo XX, redujeron sus apuestas por el oro en el cuarto trimestre de 2012, cuando el metal precioso sufrió su mayor pérdida trimestral en más de cuatro años.
Según ha revelado la Securities and Exchange Commission (SEC), que se encarga de regular el mercado de capitales en Estados Unidos, Soros disminuyó en 55% su inversión en el SPDR Gold Trust, el mayor fondo de inversión del mundo respaldado por ese metal, mientras que Bacon vendió todas sus acciones en éste y además redujo su participación en el Fondo de Oro Físico Sprott y en Paulson & Co.
Las decisiones de estos dos grandes pueden ratificar la idea de que en poco tiempo el oro dejaría de ser el activo preferido como refugio por los inversionistas, ya que los últimos datos económicos presentados por EE.UU. y China revelan una leve recuperación, haciendo que el apetito por el metal se reduzca considerablemente, a no ser que la situación en Europa empeore.
Ayer, el oro llegó a caer por debajo de los US$1.600 la onza por primera vez desde agosto de 2012.
“Este tipo de decisiones ponen en evidencia que si no hay un crecimiento muy alto, pero se empiezan a recuperar las economías y las expectativas de inflación disminuyen, ¿por qué uno debería tener oro? Si es que este metal sirve cuando las expectativas en materia de inflación suben. Ahora, si esta materia prima empieza a perder fuerza a partir de 2014, el dólar debería empezar a ganarla. Las decisiones de Soros y Bacon pueden empezar a limitar la posibilidad de que el precio de este activo suba”, afirma Jairo Lastra, analista de la firma Ultrabursátiles.
Por su parte, Luis Mondragón, catedrático universitario y experto en el movimiento de las commodities en los mercados, considera que, “desde hace aproximadamente tres meses, el oro viene con una evidente tendencia bajista. Ha habido una gran desilusión por parte de los inversionistas que ven cómo el comportamiento del metal no está en línea con los fundamentales (noticias). Lo que se espera es que su precio en las próximas jornadas esté bajo mucha presión, tratando de superar su actual marca de los US$1.600, aunque todo parece indicar que continuará rompiendo a la baja su actual barrera”.
Sin duda, la decisión de estos dos grandes inversionistas de rotar su portafolio hacia otros activos está opacando el brillo del oro en los mercados internacionales.