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El país estará en obra, llegó la hora de ejecutar

En 2012 la inversión en infraestructura de transporte, que se desarrollará en el país, podría superar los $12 billones.

Redacción Negocios
30 de diciembre de 2011 - 08:28 p. m.

Para nadie es un secreto que el país presenta un retraso en infraestructura de transporte y que el año que termina no fue el mejor en ejecución de obras; sin embargo, antes de que el calendario sumara un año más, el ministro de Transporte, Germán Cardona, quien fue criticado por el colapso vial del país por el invierno, sacó su as bajo la manga y anunció la apertura de obras por $5,1 billones.


Con este anuncio terminó la época que más desgastó al ministro Cardona, porque mientras los colombianos veían cómo se derretían las carreteras, el ministro continuaba con su política impopular de no adjudicar proyectos sino contaban con diseños, que fue el gran pecado del ministro Andrés Uriel Gallego, según la Cámara Colombiana de Infraestructura.


En el año que se va quedarán los desesperados llamados de las comunidades y de la ingeniería al Gobierno para que arrancaran las obras que no sólo solucionaran los problemas de movilidad, sino que contribuyeran a romperle el espinazo al desempleo.


De toda esa impotencia podrá el ministro desfogarse a finales de enero, cuando el Gobierno reciba las propuestas para pujar por quedarse con uno de los contratos de la licitación por $3,6 billones que permitirán construir 718 kilómetros de nuevas vías, 69 puentes y cuatro túneles de los Corredores Prioritarios de la Prosperidad, que actualmente se encuentran en ejecución, pero que por estar desfinanciados sólo se han ejecutado en un 16%, lo que se ve reflejado en el mal estado de las carreteras.


Entre éstos se encuentran los corredores de Loboguerrero-Buenaventura, Bucaramanga-Cuestaboba, San José de Fragua-San Vicente de Caguán, San Miguel-Santa Ana y Medellín-Quibdó, todos financiados por el Estado para ejecutarse mediante obra pública.


A esto se suman otros recursos por $2,4 billones, que permitirán reconstruir las vías afectadas por la ola invernal y brindar rehabilitación a los corredores de mantenimiento, obras que ya están construidas, pero que se encuentran en muy mal estado.


Pero el país requiere obras de gran proyección que le permitan desatrasarse y de paso ponerse a tono para atender la transformación del país con la entrada en vigencia de los tratados de libre comercio en lo que se enrutó el país.


Con la recién creada Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), el país espera ampliar el número de kilómetros de doble calzada y dar el salto a la gran ingeniería vial.


La idea del Gobierno es poder pasar de 876 kilómetros en doble calzada a 3.856 en los próximos seis años. Para el siguiente año las inversiones superarán los $5 billones. El país espera obras como la Ruta del Sol, la Autopista de las Américas, las Autopistas de la Montaña y la doble calzada entre Bogotá y Villavicencio.


Si bien el país se mueve en gran proporción por las carreteras, también es tiempo de pensar en la recuperación de la red férrea, la cual no cuenta con un plan real de recuperación. Por ello Cardona sacó otro as de su manga y anunció que se firmó un convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para conformar el mapa férreo del país e iniciar la recuperación de más de 3.000 kilómetros de línea férrea, que se convertirán en el complemento de la red vial.


Y como el comercio también se mueve por mar, en el sector las sociedades portuarias tienen previstas inversiones por $2 billones. En estos proyectos se incluye la construcción del nuevo puerto de Varadero, en la Costa Caribe; la ampliación del canal de acceso al canal de Buenaventura, obra que logró bajar sus costos de US$52 a US$26 millones, gracias al levantamiento de la restricción de bandera, es decir, que serán los holandeses los que realizarán los trabajos.


Y en el sector aéreo, el Gobierno tiene centradas sus proyecciones en la inauguración de la terminal internacional del aeropuerto Eldorado de Bogotá. Sin embargo, el Estado se está adelantando a lo que podría ser una saturación del aeropuerto, por lo que ya trabaja en el estudio de una segunda fase que incluiría una tercera pista y radioayudas para que las aeronaves puedan enfrentar los problemas que se están generando por el cambio climático.


En el tema fluvial, se harán inversiones en la recuperación del Canal del Dique y de los ríos Magdalena y Meta. Amanecerá y veremos.

Por Redacción Negocios

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