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El precio es la clave del iPhone 5

Con el aparato que debutará en otoño, la compañía espera vender US$30.000 millones en los últimos tres meses del año.

Richard Watersutor/Financial Times
28 de julio de 2012 - 09:00 p. m.

Prepárense para la madre de todos los lanzamientos. Ese fue el mensaje que envió a comienzos de esta semana la plana alta de Apple.

Las ventas del iPhone 4S están disminuyendo por la llegada inminente del iPhone 5: los herederos de Steve Jobs están a punto de enfrentar su primera gran prueba. Incluso según los altos estándares de Apple todo indica que será un lanzamiento memorable. Es difícil sobrestimar la importancia de este aparato para la compañía más valiosa del mundo.

Si las ventas en el cuarto trimestre del año logran siquiera el crecimiento relativamente modesto de 20% sobre el que resulta ser un trimestre débil para Apple por esta época, entonces el iPhone 5, que se espera debute en otoño, lograría casi US$30.000 millones en ventas durante los últimos tres meses del año.

Para poner las cosas en perspectiva: es la misma cantidad que la generada en ventas el último trimestre del año pasado por todo el portafolio de IBM, una de las compañías de tecnología más grandes del mundo.

La volatilidad que ha afectado al ciclo de ventas de iPhone, revelada el martes en las últimas cifras trimestrales, demuestra cuán exigente se ha vuelto administrar el producto de consumo más exitoso del mundo. Los ingresos de Apple aumentaron 120% durante los últimos meses del año pasado, luego de que se lanzara el aparato, pero cayeron 7% en el siguiente trimestre y ahora se han desplomado casi 30%.

La última caída en las ventas, que equivale a más de US$6.000 millones, da una idea de la montaña rusa en que se ha convertido el ciclo del iPhone.

El principal punto a favor del iPhone nunca ha sido tener las mejores especificaciones tecnológicas de la industria; al hacer relativamente pocos cambios con respecto al modelo anterior, Apple corre el riesgo de parecer que juega a actualizarse con respecto a la competencia. El tamaño de las pantallas de los teléfonos inteligentes ha aumentado y Samsung se ha posicionado conscientemente como el líder en esta categoría tecnológica.

La ventaja interna que viene con el App Store aún es significativa, pero Apple enfrenta un reto si quiere atraer atención inventando nuevas cosas que hacer con cada nueva generación del iPhone. Las supuestas “apps matadoras” que surgieron en las últimas dos versiones —FaceTime, para videoconferencias, y la función de preguntas y respuestas de Siri— no han logrado realizar el salto de artefacto curioso a herramienta esencial.

El nuevo servicio de mapas de Apple será un ingrediente esencial de los próximos iPhones, pero difícilmente podrá verse como algo que haga la diferencia.

El logro de realizar el lanzamiento más grande de un producto no es hasta el momento más que una parte del ejercicio de malabarismo que Tim Cook y el resto del equipo de administración mejor calificado en la industria tecnológica enfrentarán este otoño.

El segundo reto será demostrar que pueden expandir el mercado del iPhone y el iPad, y que no están destinados a la trampa de los altos precios. Esto implica dar con objetivos más bajos de precio sin aplastar los márgenes de ganancia de la compañía.

Algo que comienza a incomodar a Wall Street. Desde un 47,4% en los primeros tres meses de este año, Apple predice ahora que su margen neto caerá a 38,5% en el trimestre actual. Es el nivel que alcanzó hace dos años.

Los precios promedio de venta para el iPhone y el iPad cayeron 4% en el último trimestre. A medida que el crecimiento gira hacia los mercados emergentes y las nuevas oportunidades en el mundo desarrollado, como el mercado de la educación, las decisiones de precios comienzan a importar mucho.

La estrategia que Apple ha tomado es muy distinta a la que siguió con el iPod. Este aparato se convirtió en un ejemplo clásico de una segmentación efectiva del mercado, a medida que el Mini y el Nano le permitieron dominarlo.

Con el iPhone y el iPad ha asumido un camino distinto al de esperar en lugar de diluir el producto: en cambio ha reducido el precio de los modelos anteriores. Entretanto, Apple está atrapada en una batalla de poder con los consumidores reales del iPhone, que son las compañías telefónicas que subsidian el aparato en la mayoría de los lugares del mundo, para prevenir una erosión rápida de sus precios.

El reto para Apple ha sido administrar todo esto sin dejar una sombrilla de precios que le permita a sus rivales robarse una porción grande del mercado en expansión. El último contendor es la nueva tableta de siete pulgadas Nexus 7 de Google. Aunque el aparato ha atraído críticas elogiosas por su hardware de punta, la variación real está en su precio: su costo de US$199 en los Estados Unidos es tan sólo la mitad del precio ajustado de la versión anterior del iPad.

Está llegando la hora para que Cook demuestre que su compañía merece su lugar como la líder de la nueva industria de computación, teléfonos inteligentes y pantallas táctiles. Como siempre sucede con Apple, la hipérbole probablemente sea ensordecedora.

Por Richard Watersutor/Financial Times

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