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“El Salado es la esencia de las 100.000 viviendas gratis”: Minvivienda

El Ministerio de Vivienda entregará hoy una casa emblemática para esa población y para el país entero.

Edwin Bohórquez Aya
26 de noviembre de 2015 - 05:24 a. m.

Este jueves tras 289 proyectos adelantados en 205 municipios de 28 departamentos, el Gobierno hará entrega de la unidad número 100.000 de su programa de viviendas gratis. Será en El Salado (Bolívar), donde 450 paramilitares asesinaron a 61 pobladores entre el 16 y el 21 de febrero del año 2000. Luis Felipe Henao, ministro de Vivienda, cuenta qué se logró con ese programa, por qué tomaron la decisión de hacerlo allí y qué sigue en la estrategia para reducir la pobreza.

El programa de vivienda gratuita fue una de las banderas del Gobierno. ¿Cómo se configuró?

Recuerdo que el presidente me contó que para ese momento estaba de visita el presidente Lula de Brasil, y le preguntó cómo debía hacer para reducir la pobreza. Lula le dijo: construya vivienda. Desde ahí se empezó a mirar qué estaba fallando en la política de vivienda, por qué las cartas-cheques que se entregaban antes nunca se materializaban en vivienda, por qué las viviendas que supuestamente se entregaban nadie las comentaba. Lo que pasaba era que las poquitas que se lograban construir tenían un déficit muy grave de calidad. Tenían un promedio de 28 metros cuadrados, con constructores que nacían y morían con cada uno de estos proyectos, sin vías, sin andenes.

¿Qué pasaba en las principales ciudades?

Bogotá, Barranquilla, Cali y Medellín eran los únicos sitios donde se construía vivienda de interés prioritario, entonces vimos que el mercado era totalmente imperfecto. Y dijimos: si queremos llegar a los más pobres, la única forma de darles la vivienda es que sea totalmente gratuita. Esa fue una gran decisión política. La segunda fue pagar la vivienda cuando estuviera terminada.

Ese era el modelo más adecuado...

Los constructores de vivienda de interés social nos dijeron que ellos prácticamente financiaban toda la vivienda, pues le entregaban a la gente la casa cuando les giraban el subsidio y el crédito. Pero nosotros sabíamos que a la gente que queríamos llegar no le iban a dar el crédito, y nos tocó financiar el 100% de la vivienda. Eso nos llevó a que se generara un incentivo positivo para que la gente construyera mucho más rápido. Habían ciudades que no habían construido vivienda en 20 años, como Montería, Valledupar, Sincelejo y Santa Marta; no estamos hablando de pueblitos. Esto fue lo que hizo que creciera la generación de empleo. Que ciudades como Popayán, que construía al año 400 viviendas de estrato alto, pasara a construir 2.000 viviendas gratuitas. Creció 500%. Ciudades como esa empezaron a reducir el desempleo. Por ejemplo, la calidad de la vivienda de Montería en estrato 3 era inferior al programa de gratuidad. Eso hizo que los que construían vivienda mejoraran todo el proceso.

¿Cuándo comenzaron a edificarse los proyectos?

Si la memoria no me falla, en junio de 2012, con la ley, pero el primer proyecto fue en febrero de 2013. En este país se habían construido 100.000 viviendas entre 1993 y 2005, y que ahora se haya logrado hacer ese mismo número en tan poco tiempo es un logro muy importante desde el punto de vista de ejecución, pero también desde el crecimiento económico.

En números, ¿a qué se refiere?

Se iniciaron más de 4’700.000 m². Se logró que el sector de la construcción fuera el más importante en 2013 y 2014, y poder terminar en 2015 la vivienda número 100.000 nos da un mensaje: que se puede construir de forma masiva.

¿Cumplieron los tiempos?

Se cumplió con todos los proyectos y los tiempos fueron normales. Lo más importante es que no se perdió un solo peso, porque no hubo siniestros.

¿Y el de Barrancabermeja?

El constructor no lo pudo terminar y lo cogió Constructora Bolívar para terminarlo, porque al banco no le convenía dejarlo quieto: había invertido US$6 millones y no podía cobrar un solo peso a la Nación porque nosotros no pagábamos hasta que la vivienda estuviera terminada. Entonces el banco, que había financiado a los portugueses (Ekko-Prebuild), buscó otro constructor para que terminara las viviendas y poder recuperar algo. Ya no van a tener ganancias, pero la pérdida será menor.

Llegan a la entrega de la vivienda 100.000. ¿Por qué El Salado?

Desde el comienzo se pensó que fuera allá. ¿Por qué? Porque fue la esencia de este proceso. Porque el 100% de los beneficiarios de este programa eran personas vulnerables, pero tuvo una gran participación de población desplazada. El 75% de los beneficiados han sido víctimas de la violencia. En El Salado, 100% son víctimas de la violencia. El Salado lo construyeron entre la Fundación Semana y la Fundación Carvajal, que son de las mejores. Llegar a El Salado es como llegar a donde nunca se había construido una vivienda de interés social. Eso no hubiera pasado allá si no tuviéramos este programa. El Salado es la esencia del programa de las 100.000 viviendas dirigidas a los más pobres. Muchos de los que la reciben hoy viven en una porqueriza.

Es toda población vulnerable...

El 100% percibe ingresos de la informalidad, es población vulnerable; el 80% tiene una educación inferior a octavo grado; el 25% de los usuarios se acostaba un día sin comer, tenían un rezago escolar superior al 40%, una deserción escolar del 34%. Estamos llegando a los pobres de los más pobres. Eso es El Salado: llegar a personas que lo perdieron todo por la violencia. Ellos estaban en condiciones de vulnerabilidad extrema, y gracias a esto ya pueden dejar ese pasado atrás y construir un mejor futuro.

¿Y ahora qué va a pasar con el equipamiento para esas comunidades?

Viene lo más difícil y eso es la sostenibilidad de esos programas. Ya sacamos a licitación más de 29 colegios que desde el punto de vista económico nos van a servir para mover más la construcción, y ya empezamos a entregar el primero en Cartagena. Ya se han adjudicado más de 18 colegios a nivel nacional. Seguimos con los programas de sostenibilidad para generar tejido social, acompañarlos para que la deserción escolar disminuya y por eso estamos construyendo los colegios al lado de los proyectos. Estamos trabajando con el DPS, el Sena y el ICBF. Y como tenemos unas 500.000 personas que están en condición de vulnerabilidad, si nos concentramos en ellas vamos a reducir la pobreza en Colombia gracias a este programa de 100.000 viviendas gratis.

Por Edwin Bohórquez Aya

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