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Emisor prevé mayor riesgo

La codirectora del Banco de la República reconoce que la suma de factores como la incertidumbre en los mercados mundiales amenaza cada vez más el crecimiento económico del país.

Bloomberg
26 de agosto de 2015 - 03:43 a. m.
Ana Fernanda Maiguashca, codirectora del Banco de la República. / David Campuzano
Ana Fernanda Maiguashca, codirectora del Banco de la República. / David Campuzano

 

La tensión en los mercados financieros globales y la caída de los precios del crudo han aumentado los riesgos para el crecimiento económico colombiano, lo que hace ceder las presiones inflacionarias para 2016, dijo Ana Fernanda Maiguashca, codirectora del banco central.

“Hemos recibido más conmociones en lo que respecta al petróleo y hay mucha incertidumbre y confusión” en los mercados mundiales, dijo Maiguashca en entrevista telefónica. “El riesgo para el crecimiento ha aumentado y eso también dice algo sobre las estimaciones de inflación”.

El banco central mantuvo la tasa en 4,5 por ciento por 12º mes consecutivo, dado que las peores perspectivas de crecimiento impidieron que se tomaran medidas para reducir una inflación que supera el objetivo. El peso cayó este mes a un bajo nivel récord en tanto la devaluación del yuan chino hizo temer que vacilara el crecimiento de la segunda mayor economía del mundo, lo que derivó en una liquidación de activos de mercados emergentes.

El aumento de los precios de las importaciones producto de la caída del peso es “una situación extraordinaria” y los precios comenzarán a desacelerarse el año próximo, dijo Maiguashca.

La inflación se aceleró a 4,46 por ciento en julio, por encima de la banda objetivo de entre 2 y 4 por ciento por sexto mes. La inflación de productos negociables se aceleró a 4,69 por ciento, el ritmo más rápido desde 2004. Los productos negociables pueden exportarse o sustituirse mediante importaciones y son más sensibles a los movimientos cambiarios.

Es probable que la inflación anual cierre este año por encima de la banda objetivo del banco central de entre 2 y 4 por ciento, dijo Maiguashca.

El peso se ha debilitado 25 por ciento este año, lo cual lo convierte en la moneda de peor desempeño entre las grandes monedas de mercados emergentes que sigue Bloomberg, en momentos en que caen los precios del petróleo, el carbón y el café del país andino. Las autoridades colombianas no han discutido medidas para reducir la volatilidad cambiaria ni frenar la declinación del peso, pero cuentan con una serie de herramientas que pueden usar en caso de ser necesario, dijo Maiguashca.

“No creo que pueda irse contra los elementos fundamentales con facilidad, pero en este tipo de situación es difícil determinar qué es fundamental y qué es nerviosismo”, agregó Maiguashca. “El mercado podría reaccionar en algún momento de forma exagerada o con respuestas que no necesariamente se explicarían por elementos fundamentales, y eso es algo que sin duda tenemos que entender y sobre lo cual sí es necesario actuar”.

El banco central ha usado varias herramientas en el pasado para intervenir en los mercados cambiarios y podría considerarlas todas si hubiera necesidad de ello, dijo Maiguashca. Una caída del peso probablemente no desencadenaría una respuesta en cuanto a políticas, ya que las autoridades tendrían que ponderar si es necesario un ajuste y si la intervención podría ser efectiva, agregó.

Por Bloomberg

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