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Empieza la crisis para los accionistas de Pacific

El acuerdo entre la petrolera canadiense y The Catalyst Capital— que incluye la inyección de US$500 millones y que el fondo asuma parte de la deuda— afectaría a los propietarios de papeles de la operadora. La disolución llevaría las acciones a cero.

Óscar Güesguán Serpa
20 de abril de 2016 - 04:18 a. m.

Salvar a Pacific Exploration & Production Corp. tuvo un costo muy alto para los accionistas. Sin embargo, de no haber logrado un acuerdo con The Catalyst Capital Group Inc., el futuro de la petrolera privada más importante del país hubiera sido su desaparición.

Su deuda ascendía a más de US$4.500 millones y la caída de los precios del petróleo hacían muy poco probable que pudiera cumplir los compromisos adquiridos con sus acreedores. De hecho, aplazó en más de dos oportunidades el pago a sus acreedores.

Luego de algunas semanas de especulación, la empresa anunció la llegada a un acuerdo sobre una “transacción de reestructuración” que reducirá significativamente la deuda, mejorará la liquidez y mejorará la posición de la compañía para enfrentar el ambiente actual del precio del crudo.

Esto se traduce en una inyección de US$500 millones y el pago de parte de la deuda por parte del fondo canadiense —con experiencia en la recuperación de empresas al borde de la quiebra— y el pago en acciones para bancos y bonistas que hasta antes del anuncio tenían recursos casi perdidos.

Para Camilo Silva, socio de Valora Inversiones, “indiscutiblemente hay dos lados de la noticia. El primero, el de los accionistas que se verán afectados con esta decisión porque sus papeles pierden valor”.

El lado positivo, dice Silva, es que la segunda petrolera del país, con más de dos mil empleados y que estimula la actividad económica en zonas como Putumayo, Casanare, Meta, entre otros, se salva. De no haber sido así, Colombia estaría hablando “de una nueva tragedia”.

Y es que la incertidumbre que generaba lo que estaba pasando con Pacific radicaba en que es la segunda empresa con mayor producción de petróleo del país. El año pasado, por ejemplo, la extracción diaria de crudo promedio estuvo cercana a los 140 mil barriles.

En los últimos días la referencia Brent ha oscilado entre los US$39 y US$44, que si bien representa una leve recuperación, sigue estando muy lejos de los más de US$100 a los que cotizó hace menos de dos años.

En ese contexto, la salida de Pacific hubiera sido un problema para mantener la producción agregada del país, generando una pérdida de cuota de mercado que en este momento ningún productor puede darse el lujo de ceder.

La salida más idónea para la junta directiva, un comité ad hoc de tenedores de bonos y algunos prestamistas fue que en vista de que no hay forma de que la operadora pueda pagarles, éstos pasen a ser accionistas de la firma, convirtiendo una deuda en una inversión.

Esto tiene un fondo problemático, porque si bien se salva una empresa importante y la operación mantiene los puestos de trabajo, la dilución de las acciones puede tener dos efectos: o reduce el valor de las mismas a su mínima expresión o simplemente desaparecen.

Orlando Santiago, gerente de Fénix Valor, lo puso en estas palabras: “su compañía cuesta $100 y tiene 100 accionistas. Eso quiere decir que a cada uno le corresponde una acción de la empresa. Si usted la replantea e incluye a otras personas, va a tener que dividir esas mismas cien acciones entre más personas, reduciendo el precio de los papeles o eliminando participantes”.

La transacción de reestructuración se completará, de acuerdo con Pacific, a finales de del tercer trimestre de 2016 y dependerá de que sea aprobada por acreedores y autoridades regulatorias. De llegar a buen puerto, el dominio de la empresa estaría en manos de los bancos y los bonistas (58,2 %), seguido por Catalyst (29,3 %) y los acreedores que financiaron la transacción —desconocidos— con el 12,5 %.

Ómar Suárez, analista de Alianza Valores, advirtió que la información suministrada por Pacific hasta ahora es muy reducida para determinar qué sucederá con sus accionistas. “Faltan todavía comunicados y posiblemente por eso la Bolsa de Valores de Colombia y la de Toronto suspendieron las acción”.

Entre los damnificados por el más reciente anuncio de la empresa están Alfa y Harbour Energy, accionistas de Pacific y quienes hace menos de un años habían pujado para quedarse con la operadora. Incluso, los “bolichicos”, que se opusieron a esa operación, estarían entre los perjudicados por esta nueva medida.

Santiago es mucho más pesimista con respecto a la petrolera canadiense, pues considera que con un barril por debajo de US$80, Pacific no es rentable y los recursos que se le están inyectando serán para la operación de la firma.

“Hay un intento de salvar la empresa por parte de un socio, pero lo que están haciendo es dándole un poco más de largas a la situación para ver si Catalyst pudiera, más adelante, liquidar la empresa y quedarse con unos activos, para lo que ellos tienen experiencia”, concluye el gerente de Fénix Valor.

 

Por Óscar Güesguán Serpa

 

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