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Emprender, la esencia del israelí

Yoed Magen, embajador de ese país, habla sobre el interés que tiene por transferir conocimiento sobre ciencia e innovación a Colombia. Allá la alta tecnología representa más del 46% de las exportaciones.

Laura Villamil Barrera
07 de julio de 2013 - 09:00 p. m.
Yoed Magen, embajador de Israel en Colombia. / Colprensa
Yoed Magen, embajador de Israel en Colombia. / Colprensa
Foto: COLPRENSA

“Algunos americanos fueron a buscar petróleo, así que no pararon en Israel. Nosotros sí lo hicimos, porque fuimos a buscar cerebros”, dijo alguna vez Warren Buffet, uno de los hombres más ricos y con mayor actividad inversionista en el mundo, para reconocer la capacidad tecnológica y científica de esta nación del Medio Oriente.

La memoria usb, la pantalla táctil, la pillcam (una píldora con cámara para hacer estudios al interior del cuerpo humano), el mensaje de voz y las videollamadas son algunos de los desarrollos hechos por expertos de ese país, que han sabido cómo fortalecerse tras múltiples conflictos políticos y religiosos. Yoed Magen, embajador de Israel en Colombia, cuenta cómo se han dedicado a producir lo que el resto del mundo necesita por medio de la innovación, que más que una palabra es una marca en el espíritu de sus habitantes.

¿Cómo inició la cooperación que hace Israel al ecosistema de innovación en el país?

En la época en la que el presidente Juan Manuel Santos definió que una de las locomotoras de su gobierno iba a ser la tecnología y la innovación, me buscaron de Parque E, estaban interesados en viajar a Israel para recibir cursos con nuestros expertos y ver todo el ecosistema de emprendimiento. Para entonces, yo ya tenía en mente algunas ideas que pudieran aportar a Colombia los conocimientos que se han adquirido los últimos 20 años en mi país. Meses más tarde iniciamos algunas misiones para que personas que encabezaban aquí las iniciativas de innovación aprendieran de un tema que en Israel vemos como el punto céntrico de la vida cotidiana.

¿Por qué este tema es tan importante para los israelíes?

En otros países hay muchísimo despliegue de tecnología y la innovación es muy avanzada, pero esto es algo que en Israel se vive intensamente. El israelí de hoy es una persona que desde los 14 o 15 años empieza a pensar cómo va a innovar para el mundo, cuáles son los problemas y cuáles las soluciones que puede crear. Los jóvenes crecen en ese ambiente, y eso ha hecho que allí se fabriquen la mayoría de desarrollos para la industria tecnológica, desde el mensaje de voz y la videollamada hasta las memorias usb y algunos sistemas operativos. Un gran número de gigantes tecnológicos como Motorola, Google, Intel y Microsoft han descubierto que tener sus principales centros de investigación en Israel les da grandes ventajas.

¿Qué tan importante es Israel para el avance de la ciencia y la tecnología en el mundo?

Una de las razones por las que Israel se convirtió en lo que es hoy es porque no tiene mercado interno, y eso quiere decir que toda la industria está volcada a la exportación. Es un país que se ha dedicado a producir las cosas que el resto del mundo necesita. No es una exageración decir que el tipo de desarrollos que hacen en Israel son vitales para el futuro de la industria tecnológica. Todo está lleno de nanotecnología, medicina, telecomunicaciones, defensa... La gente no tiene idea que esto pasa allí, pero para el Gobierno de Israel es una prioridad fomentar programas que continúen dando frutos dentro de este bum tecnológico.

¿Con cuáles organizaciones trabajan en Colombia?

Estamos trabajando muy de cerca con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, con INNpulsa, con Parque E y con Ruta N que hace una labor excepcional. Con ellos estamos promoviendo capacitaciones con expertos israelíes. Además, quieren hacer un evento que se llama Open start-ups, con la municipalidad de Tel Aviv, y lo van a hacer paralelamente en las dos ciudades, para que los emprendedores abran su casa y muestren su trabajo a la gente.

¿Por qué el interés de Israel en transferir su conocimiento?

Este país para nosotros es el mayor aliado en América Latina. Es un fiel amigo durante muchos años y en los últimos dos gobiernos ésto está llegando a niveles históricos. Hay una cooperación muy buena en materia de defensa, mucho intercambio cultural, profesional, educativo y especialmente político. El actual gobierno mantiene posiciones que coinciden mucho con nuestras posiciones y hay una estrecha colaboración. En el tema de la innovación, identifiqué que era un punto en el que podíamos hacer un aporte y una diferencia en Colombia, porque en Israel iniciamos el proceso de fortalecimiento de la ciencia y la tecnología a finales de los años 80, y eso nos ha convertido en una potencia mundial en innovación. Ojalá que en 20 años, cuando Colombia esté en una posición en la que Israel está hoy en día, los colombianos puedan decir que eso fue gracias al apoyo del Gobierno israelí. Eso es muy importante para nosotros.

¿Dónde aparece Colombia en el mapa mundial de la innovación?

En este momento, el Gobierno tiene interés y hay fondos para crear un ecosistema. Esto no quiere decir que mañana va a haber una industria innovadora como existe en Israel, porque éste es un proceso que exige mucho esfuerzo de los privados, de la academia y del Gobierno por articularse. Aquí el tema es de cultura, porque no sólo se trata de que el Gobierno invierta, sino que la gente quiera formar parte de esta idea.

¿Cómo se convirtió Israel en una potencia de emprendimiento?

Ésto nace de una inversión masiva en el recurso humano, el énfasis en la educación, el espíritu empresarial, la inversión en investigación y desarrollo y las iniciativas públicas para apoyar start-ups. Israel tiene algo que otros países no tienen: un carácter nacional inconformista y creativo por naturaleza y la combinación de estas dos características es explosiva. Hay muchos pueblos que se satisfacen con la solución a ciertos problemas, pero los israelíes siempre están seguros de que hay un camino mejor, más corto, más efectivo y más productivo. En mi país las universidades tienen unos ingresos bastante significativos, por ejemplo, la facultad de Agricultura de la Universidad Hebrea de Jerusalén recibe anualmente US$8 millones en regalías por haber desarrollado el tomate cherry hace 20 años. El desarrollo de patentes y su posterior venta han hecho que se pueda reinvertir mucho dinero.

¿Cómo ve a los emprendedores colombianos?

Aquí identifico un potencial muy grande, hay gente muy capaz pero se necesita mucha divulgación, porque de nada sirve que instituciones como Innpulsa hagan todo su esfuerzo si la gente no se entera de estas alternativas.

¿Esta cooperación podría significar inversión israelí en Colombia?

A futuro podríamos incentivar la inversión de empresarios aquí, y eso puede dinamizar muchos sectores, pero por el momento puedo decir que hay varias empresas israelíes que están asesorando a empresas gubernamentales en innovación, por ejemplo, al Mintic con el tema del desarrollo de aplicaciones. Pienso que Colombia tiene una biodiversidad muy grande que se puede explotar, si vienen, pueden promover la industria.

¿Cuál es la diferencia entre los emprendedores colombianos y los israelíes?

Catalina Ortiz, la gerente general de Innpulsa, me dice que la diferencia que hay entre israelíes y colombianos es que la cultura colombiana castiga el fracaso, y por esa razón la gente tiene miedo de atreverse. En Israel pasa exactamente lo opuesto, allí el fracaso se valora, porque sin él no hay conocimientos ni experiencia.

Por Laura Villamil Barrera

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