Pese a los pronósticos de los analistas sobre la expansión de la economía estadounidense, el Gobierno de ese país reportó que en el tercer trimestre el Producto Interno Bruto (PIB) creció 2,7%. Sin embargo, la sombra del abismo fiscal –que llevaría a EE.UU. a serios aprietos presupuestales desde enero de 2013- no deja de rondar al presidente Barack Obama.
Según el gobierno estadounidense, la Reserva Federal seguirá dando estímulos para que la economía siga creciendo y el desempleo pueda continuar su senda de reducción –actualmente ronda los niveles del 8%-.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos, en un comienzo estimó que la economía iba a crecer apenas 2% en el tercer trimestre. Sin embargo, el gasto de los consumidores –que representa 70% de la actividad económica-, creció 1,4% en el tercer trimestre y jalonó el resultado.
Sin embargo, el fantasma del precipicio fiscal ya ha dado sus primeros sustos. Ya hay signos de que el consumo al cierre de este año ha mostrado cautela y los empresarios han abortado la compra de bienes de capital y contratación de trabajadores.
Adicional a esto, el sector manufacturero está en deuda de recuperarse a mayor velocidad luego de haber salido de una extensa recesión en julio de 2009.