Publicidad

'Fin anticipado de un auge minero-energético'

El presidente de la ANIF, Sergio Clavijo, advierte que el ‘boom’ del país podría opacarse en dos o tres años.

Héctor Sandoval Duarte
11 de agosto de 2013 - 08:11 p. m.
Sergio Clavijo, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF).  / Archivo
Sergio Clavijo, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF). / Archivo

Al igual que lo han hecho numerosos analistas, el presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), Sergio Clavijo, insiste en que el crecimiento económico nacional no sólo está desequilibrado sino que está andando a menor ritmo. Esto, llevaría al Producto Interno Bruto a crecer sólo 3,8% este año.

El directivo le contó a El Espectador que el auge minero-energético podría terminar a la vuelta de dos o tres años, arrastrado por la revolución del shale gas oil y advirtió que al término de este año la economía ya no tendrá el impulso del renglón energético, sino del constructor.

¿La economía crece de manera desequilibrada ?

No sólo desequilibrada sino que a menor ritmo pues vimos que en el primer trimestre del año no se logró nuestro pronóstico de 3,5%; fue 2,8%. Para este segundo trimestre, el crecimiento estaría en el orden de 3,5%. Por eso, la ANIF y el grueso de los analistas nos hemos bajado a una proyección para este año cercana al 3,8%. Hasta el Banco de la República recientemente la redujo del 4,3% al 4%.

Algunos analistas estiman que el crecimiento estará jalonado por construcción y no por el renglón minero-energético...

Para nosotros el sector líder será indudablemente el de la construcción. Esperamos que así sea; le fue bien en el primer trimestre. Obtuvo un desempeño mejor al que habíamos estimado.

La construcción podría crecer al término del año un 12%. Pero ello se ve influenciado por un menor dinamismo en el sector de minería, antes lo teníamos creciendo al 6,8% y ahora está en 6,1%. Los más postrados son: el agro —que crecerá nuevamente por debajo del 3%— y la industria, que infortunadamente se está contrayendo en 2013 a tasas del 1%. Es una cifra más grave que la de 2012, cuando cayó medio punto porcentual.

¿Por qué hasta ahora se preocupa el Gobierno por un sector que da señales de alerta hace mucho?

Es una buena pregunta para el Gobierno. El Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe) estuvo bien enfocado en ver los problemas de competitividad tanto a nivel de costos de energía como de transporte.

Por otra parte, me parece que el tema de los subsidios para vivienda da una ayuda, pero en la medida en que la crisis de los TES le ha pasado la cuenta de cobro a varios portafolios del sector financiero, se habla que el ímpetu de esa rebaja en los costos de los apoyos pues no va a llegar a todas las viviendas (se habla de 20.000, pero 50.000 se hubieran podido beneficiar con rebajas en las tasas hipotecarias).

Por último, nos preocupa el alza continua en el precio de la vivienda porque ello podría hacer mella sobre esos créditos subsidiarios.

Recientemente el ministro de Hacienda señalaba que no hay burbuja inmobiliaria...

El ministro Cárdenas tiene que mirar bien esas cifras. Los índices nacionales que manejamos hablan de alzas generalizadas en los precios de la vivienda (nueva y usada). Están entre el 22% y el 40% de la media histórica en términos reales. Estamos de acuerdo en que ese incremento no está apalancado en una burbuja hipotecaria.

¿Es real la preocupación por un apretón en el volumen de inversión extranjera?

En materia de inversión extranjera, las cifras de primer trimestre hablan de un crecimiento en dólares de 2,5%. Es bastante aceptable para la difícil turbulencia internacional por la que atravesamos.

El problema no tiene que ver con la inversión extranjera propiamente dicha —que este año estará bordeando US$15.000 millones—, sino conque ella no está generando nuevos proyectos en sectores diferentes al minero-energético.

En la medida en que lo energético también empiece a tropezarse con un estancamiento en el millón de barriles de crudo al día y en que no se llegue a la meta de las 94 millones de toneladas, otros sectores no se verán beneficiados con el comportamiento de la inversión.
Probablemente vamos a presenciar un fin anticipado del auge minero-energético a la vuelta de dos o tres años.

Parte de esto ya lo estamos viendo debido a la gran revolución shale gas oil. Eso podría dejar a Colombia con un potencial de crecimiento menor (pasaría de 4,5% a 4%)

Los académicos advierten que el agro y la industria han sido los sectores más damnificados con destrucción del empleo...

Correcto. Con las cifras de junio, si uno saca el promedio trimestral para suavizar lo que está ocurriendo, se ve que la agricultura en el último año ha perdido 140.000 puestos de trabajo; la industria unos 70.000, y los sectores más dinámicos tienen que ver con servicios sociales, por ejemplo, (al rededor de 243.000 puestos), o las actividades inmobiliarias.

Entonces, de cara a los TLC —ya nos llegó el de la Unión Europea—, nos preocupa la cicatriz que nos está dejando un proceso de desindustrialización y la enfermedad holandesa en sectores tan vitales como la agricultura y la industria.

hsandoval@elespectador.com

@hector_sandoval

Por Héctor Sandoval Duarte

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar