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A gastar, pero con moderación

Con la crisis internacional a la vuelta de la esquina, el nuevo Minhacienda tiene el doble reto de mantener la austeridad en el gasto que logró su antecesor pero al mismo tiempo ayudar a dinamizar la inversión en obras de infraestructura y fomentar el empleo.

Élber Gutiérrez Roa
24 de agosto de 2012 - 12:20 p. m.
El saliente ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry y su sucesor, Mauricio Cárdenas.
El saliente ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry y su sucesor, Mauricio Cárdenas.

Entre los ajustes de gabinete que son seguidos con más detenimiento están siempre los que tienen que ver con la cartera de Hacienda. Es la principal preocupación de políticos y economistas. Y es bien conocido que en el refranero de los empresarios se dice al respecto que “lo importante es que la plata esté bien cuidada”.

De poco sirven las reformas políticas y los anuncios sobre refuerzos en materia de seguridad si las arcas públicas quedan al garete o en manos irresponsables, pues los malos manejos en la economía más temprano que tarde terminan llevándose por delante cualquier conquista en otra área.

Eso es, precisamente, lo que trata de insinuar el gobierno Santos con la designación de Mauricio Cárdenas como ministro de Hacienda, en remplazo de Juan Carlos Echeverry, quien aspirará a un cargo directivo en el Fondo Monetario Internacional. Cárdenas no sólo es de las entrañas del presidente Santos –como Echeverry- sino que pertenece a la misma escuela económica de ellos dos. Por lo tanto, su administración estará enfocada al mantenimiento de los índices macroeconómicos logrados durante los dos primeros años de la administración Santos y a prestar una especial atención al desenlace de la crisis financiera internacional para evitar que sus coletazos den al traste con dichos esfuerzos.

¿Y cuáles son los primeros pasos para garantizar esa estabilidad? Ya lo dijo el propio Cárdenas, hay que reducir la pobreza y aumentar el empleo en Colombia. Si bien en el manejo de esos dos indicadores el balance del gobierno permite ver mejoría respecto a las cifras que recibió, una de las consecuencias más inmediata de las crisis es la destrucción de empleo y por eso no hay que bajar la guardia en la materia. El gobierno asegura que dicho indicador para junio alcanzó el 10%, mientras que en el mismo mes de 2011 había sido de 10,9%. La meta está cerca, pero aun cumpliéndola, la realidad para más de 2,3 millones de colombianos es que no tienen una fuente de ingresos estable. ¿Cómo vincularlos al aparato productivo de manera permanente? Es ahí donde el ejecutivo tiene el reto de ser creativo, de aterrizar las propuestas de los últimos meses y destacar las que llevan más tiempo esperando luz verde. Las de infraestructura, por sólo citar un ejemplo.

Claro, hay que lograrlo protegiendo al mismo tiempo los 22 millones de empleos que ya tiene el país, según cifras del DANE. La relación empleo, pobreza, prosperidad ha sido suficientemente teorizada en el país. Incluso por Santos, Echeverry y Montenegro.

Las discusiones sobre el presupuesto de las regalías y el presupuesto general de la Nación son otros de los más inmediatos retos del Ministro. Y, por supuesto, aunque no es de su resorte directo, el control de la revaluación también lo debe comenzar a trasnochar.

Echeverry había reconocido que ´le era probablemente el más odiado de los ministros, porque era el encargado de poner en su real dimensión las propuestas que, de buena fe, lanzaban los titulares de las otras carteras. Era el de la chequera y, como a todo jefe de hogar, le tocaba decir que no en muchas oportunidades, pues de por medio estaba la estabilidad de las finanzas públicas. Hoy, cuando todo indica que se avecina una campaña de reelección presidencial en el país, la plata la maneja Cárdenas. Y tiene margen para gastar, pero con responsabilidad.

Por Élber Gutiérrez Roa

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