Gobierno explora fórmulas de financiación para un escenario de paz

Dado el enorme dividendo de la paz, en término de crecimiento de la economía, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, consideró importante que el país busque alternativas de financiación para el cumplimiento de estos programas y de los acuerdos de paz.

Por ahora ha comenzado el debate por conocer cuál es el dividendo en término de la paz. Hay un rango que pueden ser entre un punto y dos puntos adicionales de crecimiento del Pib (producto interno bruto) por año, explicó el ministro de Hacienda, en el seminario Conflicto, desigualdad y desarrollo desarrollado en el auditorio del Centro Cultural Gabriel García Márquez.

Recordó que entre 1998 y 1999, cuando el Gobierno negoció un programa de ajuste fiscal con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se estableció una cláusula excepcional que decía que se si llegaba a un acuerdo de paz se aceptaría un mayor déficit fiscal, porque se sabe que la paz va a dar un dividendo en términos de crecimiento.

Para el responsable de la política fiscal en el gobierno del presidente Santos, ese dividendo amerita unas inversiones que se podrán pagar con el mayor crecimiento de la economía que va a generar más impuestos.

Consideró que para asumir estos compromisos será necesario dar una discusión en materia tributaria en Colombia. Indicó que ya se dio un primer paso en la línea de tocar tributos que eran intocables. Admitió que de todos los cambios en materia tributaria, el más trascendental es el establecimiento de un impuesto mínimo a las personas naturales.

Indicó a raíz de este tema del nuevo tributo que las personas en Colombia, independiente de sus nivel de ingresos, pagaban una tarifa plana, Para personas con ingresos mensuales de más de 10 millones de pesos no superaba el 5%, que también afectaba a los de menores ingresos. Esta situación se cambió para siempre con la creación del impuesto mínimo que afectó los niveles de tributación de los colombianos.

Consideró que la progresividad del impuesto de renta va a reducir el índice de Gini (indicador de la desigualdad de los ingresos dentro de un país) en dos puntos. Eso significa pasar de estar entre los tres países más desiguales de América Latina a llegar a la media de la región, algo así como entre México y Chile.