Goldman admite lazos con fondo libio de la era Gadafi

En documentos de una corte, Goldman Sachs admitió que utilizó prácticas profesionales, entrenamientos, pequeños obsequios, viajes ocasionales y entretenimiento para fortalecer una “asociación estratégica” con la Autoridad de Inversión de Libia (AIL), bajo el régimen de Gadafi.

Courtney Weaver (Moscú) Richard Mcgregor (Washington /Financial Times
22 de septiembre de 2014 - 02:12 a. m.
Goldman Sachs admitió hacer regalos a Autoridad Libia de Inversiones. / AFP
Goldman Sachs admitió hacer regalos a Autoridad Libia de Inversiones. / AFP
Foto: AFP

La defensa del banco a una demanda de US$1.000 millones, presentada durante el mes de enero en Londres por parte de la AIL, levanta un velo respecto a las técnicas empleadas por la compañía y otras instituciones occidentales para obtener y profundizar las relaciones con los clientes en el fondo de riqueza soberana de US$66.000 millones. Son técnicas que las autoridades de los Estados Unidos están investigando, para asegurarse de que no se hayan dado potenciales sobornos.

Goldman argumenta que ninguna de sus actuaciones representó una influencia inapropiada o inusual y que mantuvo todo el tiempo “una relación de distancia apropiada entre banquero y cliente”, según dijo la defensa la semana pasada en el Tribunal Supremo de Londres.

La AIL acusó en enero a Goldman de entretener en Marruecos a altos funcionarios de la AIL, con “altos gastos” que fueron pagados utilizando una tarjeta de crédito de Goldman.

El banco, en los argumentos para su defensa, admitió que ciertos empleados de la AIL habían visitado en ocasiones Marruecos con Youssef Kabbaj, el exvicepresidente de Goldman, pero que la AIL había estado al tanto de ello y había aceptado el hospedaje y el entretenimiento ofrecidos.

El banco de inversión está respondiendo en los documentos a las afirmaciones hechas por la AIL de que Goldman se aprovechó de la limitada experiencia financiera del banco, forzándolo a realizar inversiones riesgosas que desembocaron en pérdidas.

La demanda gira en torno a un comercio de capital de derivados en disputa, que representa más de US$1.000 millones. El fondo sostuvo que este comercio había perdido su valor en el año 2011, aunque había dado ganancias inmediatas y desproporcionadas a Goldman, que se estima se hallan en el rango de los US$350 millones.

El banco, por su parte, no está de acuerdo con que la AIL se presente como un inversionista poco sofisticado, pues al describir su junta asesora dice que hay grandes nombres de la City, como lord Jacob Rothschild y Howard Davies.

Goldman sostiene que explicó de forma apropiada todos los riesgos del comercio en derivados financieros. Es más, según el banco, la estructura del comercio implicaba que las pérdidas se reducían para el fondo, al tiempo que la crisis financiera sacudía los mercados mundiales.

La práctica profesional en el banco para el hermano de uno de los altos funcionarios del fondo, según afirmó Goldman, tan sólo se ofreció luego de que se realizó el último de los movimientos en el comercio que se disputa.

“El practicante fue revisado (por el banco) como parte del programa de entrenamiento que le ofreció a la AIL”, dijo el banco en su defensa.

Goldman no quiso hacer comentarios. Un abogado de la AIL no estaba disponible comentar de forma inmediata.

Por Courtney Weaver (Moscú) Richard Mcgregor (Washington /Financial Times

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