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Golpe de confianza al sector petrolero

La transacción entre la canadiense y Alfa, demuestra para los analistas que Colombia está en el radar energético del mundo.

Redacción Economía
07 de mayo de 2015 - 03:23 a. m.

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Desde 2014 se rumoraba una posible compra de la petrolera Pacific Rubiales. En principio se habló de que sería la multinacional de energía española Repsol, que buscaba aumentar su participación en los mercados Latinoamericanos. Sin embargo, a las pocas semanas Francisco Arata, CEO de la compañía, desmintió la información que ocupó los portales de las páginas web de los principales medios del país.

Ese mismo año, la mexicana Alfa, uno de los grupos empresariales más importantes de México, se quedó con cerca del 19% de las acciones de la compañía. De nuevo en las páginas económicas apareció registrado un posible interés de ésta por la firma canadiense.

Sin embargo, en las primeras horas de ayer oficialmente la petrolera aceptó que estaba negociando su venta con Alfa —el mayor productor independiente de componentes de aluminio de motor para la industria automotriz, líder del mercado mexicano de petroquímicos y desde 2006 realiza actividades de hidrocarburos en Estados Unidos, dice el perfil de la compañía— y con Harbour Energy Ltd. , uno de los líderes en financiación para proyectos de la industria energética mundial.

“Pacific Rubiales Energy Corp. anuncia que ha iniciado discusiones con exclusividad en relación con una oferta de Alfa y Harbour Energy “, dijo la compañía.

Las lecturas de cuatro analistas consultados por El Espectador están divididas, pues el meollo de este asunto es que se trataba de la compra de una compañía que, sin conocer a ciencia cierta su estado, generaba desconfianza en el mercado bursátil colombiano. Aunque se le atribuye a la caída de los precios del petróleo, las acciones días antes de conocerse la noticia habían perdido 70% de su valor.

Una de las fuentes, que pidió no ser nombrada, aseguró que la operación, que valga aclarar no ha sido concretada aún, “es una muestra de fe en el futuro de la compañía. Y demuestra que Pacific tiene activos y posibles desarrollos en el sector que no han dejado de ser interesantes para la inversión extranjera”.

Pero el año pasado no sólo fue nefasto para la canadiense por el bajonazo inadvertido de los precios, que también golpeó el sector a nivel mundial, sino porque Ecopetrol anunció que no le renovaría el contrato en Campo Rubiales, que vencerá en 2016, donde se producen cerca de 241 mil barriles diarios.

A pesar de esto, el exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, considera que “Colombia está en el radar de los inversionistas de Toronto, por donde pasa no menos del 40% de las negociaciones de las empresas del sector extractivo. El país sigue siendo atractivo y hay dos hechos que lo muestran: según un estudio reciente, nuestro sector de hidrocarburos es más competitivo, por encima de Brasil y México. Y otro dice que de los diez principales hallazgos en América Latina, cuatro se hicieron en Colombia. Orca 1 es uno de ellos”.

Todavía no es claro a cuánto ascendería la operación, pero, según medios internacionales como Bloomberg y Reuters, la cifra podría rozar los US$6 mil millones.

Para el director de análisis técnico de Valora Inversiones, Camilo Silva, “el precio al que se realizará la transacción está alineado con la coyuntura actual de los precios del petróleo, es claro que si el negocio se hubiera realizado hace dos años Alfa tendría que pagar mucho más de lo que está ofreciendo actualmente. Es necesario conocer los detalles del negocio para determinar si la capitalización podría hacer un cambio estructural en la compañía”.

Más allá del valor de la petrolera, es importante saber cómo se logrará la eficiencia de la compañía en bloques como el CP-6, ubicado entre San Martín, Mapiripán y Puerto Gaitán, y río Ariari, que, como dijo en su momento Arata, están empezando su producción. Además, continuar con la exploración y producción de otros 70 bloques en el país, esto teniendo en cuenta la reducción en la inversión que se estima será de entre US$1.100 y US$1.300 millones en 2015.

Si bien la internacionalización de Pacific Rubiales ya había empezado con su presencia en países como Brasil (donde recientemente fue hallado crudo liviano junto con Karoon Gas Australia) Perú y Guatemala, su apuesta por la entrada en México era un hecho antes de que se conocieran intenciones certeras de la compañía regiomontana.

Y su llegada apuntaba a aprovechar la reforma energética hecha por el gobierno mexicano con la intención de permitir a la inversión extranjera participar de la extracción del recurso. Cifras de la Secretaría de Energía del país norteamericano dan cuenta de unas reservas probadas que superarían los diez mil millones de barriles, por los que, incluso, ya el magnate Carlos Slim también está detrás.

Con esta jugada Alfa quedaría fortalecida por entrar a este juego, ya que la experiencia de Pacific Rubiales está basada en la extracción, sobre todo de petróleos pesados. Siendo Colombia uno de los ejemplos del éxito de las tecnologías con las que la canadiense se dio a conocer a nivel internacional.

El resultado de esta operación sin concluir ha sido el repunte del 25% de la acción, pero sin saber hasta qué punto golpearía positivamente a Pacific Rubiales pasar a manos de otros dueños.

Ómar Suárez, analista de Alianza Valores, explicó que “a pesar del repunte del 25% que ha tenido el precio de la acción, tras conocerse el interés de Alfa de comprar a la compañía petrolera, esta valorización no es suficiente para que compense las pérdidas que ha sufrido en el último año”.

Estamos ad portas de conocer una de las transacciones más importantes del sector petrolero latinoamericano en los últimos años y ahora no son rumores.

Por Redacción Economía

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