Desde principios de este año, lo que sucede en la economía mundial se resume en una sola palabra: incertidumbre. Los mercados vienen en caída libre, pues el precio del petróleo continúa con tendencia a la baja, el dólar ya supera los $3.400 y el temor de una desaceleración mundial es tan grande como la sobreoferta de petróleo en el mercado global.
Ayer, desde tempranas horas, las bolsas de todos los continentes empezaron a mostrar el derrumbe de sus acciones. El efecto nieve empezó en Asia, con un derrumbe de casi 4 % del índice Hang Seng de Hong Kong, en su primera sesión después de tres días de feriado por el año nuevo lunar.
“Petróleo vuelve a hundir a las bolsas mundiales”, tituló la prensa del viejo continente. Y a renglón seguido lo hicieron las agencias de noticias mundiales: “En Europa, el índice FTSE-100 de Londres cayó 2,39 %, el Dax-30 de Fráncfort 2,93 % y el CAC-40 de París 4,05 %.
Según la agencia AFP, las caídas fueron aún más pronunciadas en los parqués de Madrid, donde el Ibex-35 cayó 4,88 %, y en Milán, donde el FSTE-Mib se hundió 5,63 %”.
Lo mismo ocurrió en Wall Street, luego de que la presidenta de la que Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, considerara prematuro juzgar el impacto de las turbulencias mundiales en Estados Unidos. Por eso, durante el jueves pasado el Dow Jones cedió 2 % y el Nasdaq 1,37 %.
Las razones: el barril de petróleo WTI registró precios que no se veían desde hace 13 años: descendió por debajo de US$26. Mientras que el Brent aún no supera los 30 dólares en lo que va corrido de este año. Según Camilo Pérez, director de investigaciones económicas del Banco de Bogotá, la explicación a este fenómeno de volatilidad es que la sobreoferta de petróleo en el mundo ya supera los 2 millones de barriles diarios, debido a que los países de la OPEP y Estados Unidos siguen produciendo cerca de su capacidad máxima: el primero 30 millones de barriles al día y el segundo 9,5 millones.
“Ninguno ha cedido en su nivel de producción, al tiempo que la economía mundial se ha venido desacelerando. Esto ha llevado a que haya exceso de producción que mantiene los precios deprimidos como ocurre hoy en día”, dijo Pérez.
La otra razón es que sigue creciendo el temor de una desaceleración económica mundial en la que se vería involucrado incluso Estados Unidos. “Eso es lo que tiene muy nerviosa a la gente y por eso vemos que los activos de riesgo como el petróleo, la tasa de cambio de Colombia, los bonos colombianos o de cualquier economía emergente, han venido cayendo y valorizándose los activos más seguros”, anotó el analista.
Para Juan Pablo Espinosa, director de investigaciones de Bancolombia, lo que sucedió en las últimas horas en gran parte de las bolsas del mundo no es un fenómeno nuevo. Es un día en que hay una caída generalizada de todos los activos diferentes a las inversiones seguras, que son básicamente títulos del gobierno de países desarrollados y activos como el oro.
Sin embargo, explica que lo que les ha puesto más intensidad a esos movimientos bruscos en los mercados es lo que ha ocurrido con las cotizaciones de algunos bancos europeos. “Eso ha desatado especulaciones de que la banca del viejo continente puede tener problemas graves sobre la liquidez, lo que ha generado una versión al riesgo muy alta”.
Así las cosas, la incertidumbre mundial se resume en que el precio del petróleo seguirá saltando y que la volatilidad del billete verde estará sujeta a ese régimen.
De hecho, estos analistas consideran que la tendencia es a que el petróleo continúe a la baja, pues según sus cálculos, pasarían años para que la oferta y demanda del oro negro se estabilice en el mundo.
Es decir, en el fondo lo que sucedería a largo plazo es que las compañías petroleras del mundo, por dificultades con un precio de barril tan bajo, entren en quiebra, dejen de producir y lentamente se reduzca el exceso de oferta de crudo en el mercado mundial.
Claramente el efecto que tiene este fenómeno para Colombia es que el precio del dólar se dispare, como sucedió ayer, que cerró en $3.440. Camila Pérez, directora de análisis Macroeconómico de Fedesarrollo, dice que “la caída del precio del petróleo hoy también afecta a Ecopetrol y los ingresos tributarios del país en 2017. Esto también pone más presión sobre las cuentas externas, la tasa de cambio, y finalmente, presión fiscal, por lo que se necesita con urgencia una reforma tributaria”.
