Pero después de que se haya contado el último voto en el complejo sistema electoral de Italia, los mercados podrían amanecer al día siguiente sin saber aún la composición del próximo gobierno si, como indican algunas encuestas, el resultado es un parlamento fragmentado. “Un gobierno estable sería una especie de milagro”, comentó Guido Rosa, presidente de la Asociación de Bancos Extranjeros en Italia.
Las agudas caídas en la bolsa de Milán y los márgenes más amplios sobre los bonos del gobierno de Italia la semana pasada, reflejaron los temores de que un gobierno inestable podría llevar a una situación más difícil para las empresas que se esfuerzan por sobrevivir a una recesión que entra en su séptimo trimestre consecutivo. En el peor de los casos, Italia podría terminar con un gobierno de minoría y el prospecto de un regreso a los comicios durante este año.
Las expectativas generales apuntan a un gobierno de coalición entre los demócratas de centro izquierda y Monti, pero Rosa aún duda que tengan la fuerza necesaria para lograr la aprobación de reformas a las que se resisten fuerzas poderosas.