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"La inflación no se le salió de las manos al Emisor"

Ricardo Bonilla, docente de la Universidad Nacional, considera que la inflación sobre el 5 % obligará al Banco de la República a seguir elevando la tasa de interés para que los colombianos no pierdan poder adquisitivo.

SERGIO DAVID GONZÁLEZ
11 de octubre de 2015 - 10:01 p. m.

Ricardo Bonilla ha tenido una trayectoria destacada en la academia, es economista de la Universidad Nacional, entidad en la que se desempeña actualmente como docente en la Facultad de Economía, después de haber ocupado el cargo como secretario de Hacienda de la actual administración de Gustavo Petro, cargo que dejó en enero pasado al haber cumplido 65 años. Es un hombre que representa la izquierda moderada, tanto así, que hace parte del grupo de nueve expertos de la comisión que asesora al Gobierno para la formulación de una reforma tributaria estructural, cuyo objetivo es aumentar el recaudo.
 
Bonilla, en conversación con El Espectador, plantea los escenarios en que se movió la economía de Colombia durante este 2015 y los desafíos del 2016, en momentos en que la volatilidad de los mercados ha marcado la pauta.
 
¿Cómo considera que nos fue en el 2015?
 
Este año no ha sido suave, hemos tenido un aterrizaje forzoso y las expectativas del mundo fueron muy altas con los precios de los commodities, especialmente en el petróleo. Las consecuencias para Colombia se han visto reflejadas en la tasa de cambio, porque vivimos un proceso de devaluación que aún no sabemos en qué va a terminar y la tasa se está moviendo con facilidad hacia arriba y hacia abajo y considero que la tasa de cambio se debería estabilizar en el mediano plazo entre los $2.800 y $3.000 y bajo estas condiciones, el movimiento cambiario implica un fuerte incremento en los precios de los productos importados y por lo tanto una transformación del comercio exterior y la balanza cambiaria. 
 
¿Qué opina de los niveles actuales de la inflación?
 
Este año se ha desbordado, eso no quiere decir que se le salió de las manos al Banco de la República. El problema es que hoy tenemos una tasa de interés que es negativa, es decir, la tasa entre el Emisor y los bancos comerciales, porque mientras el Banco (de la República) tiene sus tasas en 4,5 %, la inflación está sobre el 5 % y esto significa que veremos más incrementos de la tasa de interés para poder controlar la inflación.
 
¿Es partidario de una intervención cambiaria para frenar la devaluación?
 
Es mejor que el Banco de la República por ahora no intervenga la tasa de cambio y es mejor ver hasta dónde se estabiliza. Lo que es cierto, es que el comportamiento del dólar depende del comportamiento de los precios del petróleo, porque cuando este baja, la tasa de cambio sube y viceversa. Algo que sí es bueno dejar claro es que nosotros no somos un país petrolero, logramos exportar por algunas reservas, pero eso no nos convierte en un país lleno de crudo. Por lo tanto debemos volver a la idea de no depender de recursos minero-energéticos y por el contrario debemos hacer un impulso en la agricultura y en la infraestructura.
 
¿Decir que estábamos en un “boom” minero-energético le hizo daño a la economía y nos llevó a una enfermedad holandesa?
 
Definitivamente sí. A pesar de que las autoridades sabían que no éramos un país petrolero, se aprovecharon por parte del Gobierno los buenos precios y por ende tuvo buenos ingresos. La pregunta es: ¿Eso sirvió para fortalecer el aparato productivo? Lo que pasa es que nos acostumbramos a los buenos precios del crudo y no se utilizó para cosechar, es decir, el Gobierno se financió muy bien para otras cosas y ojalá que con eso haya podido financiar algunas de las carreteras, porque hoy se tiene la discusión de cómo financiar las otras vías e incluso el metro de Bogotá, porque eso estaba financiado por ese mismo origen de recursos.
 
¿Cómo recuperar esos recursos perdidos por parte del petróleo?
 
Con esta caída de los precios del crudo la caja del Gobierno se redujo e implica menor gasto y veo que el proceso de ajuste se está dando, pero toca mirar en mediano plazo cómo se vuelve a cubrir esa caja y lo que no pague el petróleo tiene que salir de la caja común de todos los colombianos y ver cómo se distribuyen mejor todos los impuestos.
 
¿En la comisión tributaria cuáles son los puntos claves que le sugieren al Gobierno para que esa caja no esté tan vacía?
 
El primer punto es cómo lograr una mejor distribución del impuesto de renta para que más gente pague, cómo se logra reducir la evasión, y por eso nos hemos centrado en las entidades sin ánimo de lucro, que es donde se ha identificado que una cosa es llamarlas sin ánimo de lucro y otra cosa que efectivamente lo sean, y el que no cumpla estas funciones debe ingresar al régimen común tributario. 
 
¿Cómo analiza la industria colombiana? 
 
La industria y el mercado colombianos se tienen que ir autocorrigiendo, porque teníamos una balanza muy revaluada que nos obligaba a acostumbrarnos a consumir productos importados, pero ahora el mensaje es diferente: consuma nacional para impulsar la capacidad productiva de Colombia. 
 
¿La industria local está en capacidad de suplir todos los productos?
 
Lastimosamente no. Colombia desde hace 20 años ha tenido un proceso muy inestable con la industria, dejándola sujeta al comportamiento de la tasa de cambio, de tal manera que en coyunturas de revaluación la producción nacional se sustituye por importados. Este es el momento para recuperar la industria y lo ideal es que ojalá no sea una situación de corto plazo, es decir, buscar resolver el vacío que tenemos con las importaciones con una política de más largo plazo, no con más subsidios, pero sí se debe pensar en mecanismos crediticios y de fortalecimiento al aparato productivo.
 
¿El Gobierno colombiano es asistencialista?
 
Lo que pasa es que los empresarios son muy quejumbrosos y a la hora de quejarse por todo creen que no pueden hacer nada sin la ayuda del papá Estado y por eso siempre piden que les reduzcan los impuestos y les faciliten operaciones y la pregunta clave es: ¿Qué están haciendo por ustedes mismos? Finalmente el exportador va a vender porque tiene un producto bueno y porque lo puede hacer en un escenario competitivo independiente de la volatilidad de la tasa de cambio. Los empresarios deben lanzarse al agua para diversificar sus mercados.
 
¿Qué se puede esperar del año 2016?
 
Partiendo de que este año podamos crecer a un 3 %, que no es lo mejor pero tampoco es malo, el próximo año se convertirá en una año de transición para recuperarnos no con un gran desempeño, pero sí servirá para estabilizarnos económicamente y poder recuperar el control de la inflación. Por otra parte, debemos mirar qué otras alternativas energéticas tenemos, porque no podemos vivir solo del petróleo en momentos de agotamiento de este producto y su impacto en el clima.
 

Por SERGIO DAVID GONZÁLEZ

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