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Informes que levantan ampolla

La presentación ayer del diagnóstico sobre ese sector, por la Misión Cafetera, causó roncha entre los caficultores del país, quienes rechazan que el grano no sea rentable hoy, como concluye el informe. Además, precisan que el Gobierno les paga lo justo por cada carga.

Héctor Sandoval Duarte
23 de octubre de 2014 - 04:01 a. m.
La Misión Cafetera, creada por el presidente Juan Manuel Santos, entregó ayer 18 informes sobre el estado del gremio caficultor. / Archivo - El Espectador
La Misión Cafetera, creada por el presidente Juan Manuel Santos, entregó ayer 18 informes sobre el estado del gremio caficultor. / Archivo - El Espectador

Los resultados que arrojaron los 18 estudios liderados por la Misión Cafetera, creada en 2013 por el presidente Juan Manuel Santos tras los paros de los caficultores y liderada por el excodirector del Banco de la República Juan José Echavarría, no dejan de causar molestias entre el gremio productor, ya que, según sostienen algunos de sus dirigentes, no son claros a la hora de formular políticas para el sector y proponen dejar de lado estrategias claves, como la garantía de compra del grano.

Cuando terminó el paro cafetero de marzo de 2013, la Misión convocó a académicos y expertos con el propósito de elaborar una radiografía más completa del sector cafetero en crisis. El objetivo inicial, según el Gobierno, era la formulación de políticas a partir de las bases que arrojaran los estudios. Sin embargo, hasta el momento, el Ejecutivo no ha dado señales concretas a los productores.

Durante la presentación de algunas de las conclusiones de la Misión en la Universidad del Rosario, Echavarría dejó claro que la caficultura colombiana atraviesa un momento complicado y señaló que no es fácil tener la respuesta sobre qué se debe hacer en materia cafetera. El primer mensaje, dijo, es que “el café es una opción de vida importante para Colombia”, pese a que algunos sectores insisten en que es un cultivo inviable.

“Sólo con una caficultura rentable será posible acabar la pobreza en las zonas cafeteras. Hay que lograr que el café sea rentable. No existe una solución única en café para Colombia. Algunos productores se concentrarán en un grano especial, otros diversificarán”, dijo el director de la Misión, y agregó que el cuarto punto que debe tenerse en cuenta radica en pensar estrategias para el fortalecimiento de los comités departamentales y municipales.

Otra conclusión a la que llegó Echavarría es que el Estado no sólo es el responsable del diseño de la política cafetera, sino de proveer el cambio de bienes públicos como riego y carreteras. Además, aseguró que se debe flexibilizar la regulación sobre el café y que debe eliminarse “el conflicto de intereses entre la regulación y las exportaciones de café en Colombia. Eso es muy importante, no es favorecer a las multinacionales”.

Otro tema debatido por la Misión es que los recursos parafiscales no deben financiar actividades privadas de comercialización y que la garantía de compra del café debe mantenerse en caso de que existan fallas de mercado. “Me horrorizo con lo que dice el gerente de la Federación (Nacional de Cafeteros), porque es un mal precedente que se está sentando”, agregó Echavarría.

Eugenio Vélez, representante de Caldas ante la junta directiva de la Federación, sostuvo que la discusión con la Misión Cafetera radica en que “las recomendaciones son sesgadas y tendenciosas, porque muestran claros beneficios al sector exportador y van en contra de los productores. Por ejemplo, se habla de quitar la garantía de compra, que es uno de los activos más valiosos de los cafeteros, porque es una manera de que tengan un ingreso. La Federación es un regulador del precio”.

El directivo cafetero explicó que el gremio puede garantizarles a los productores de todo el país la compra de su café los 365 días del año y en efectivo. “Eso no les conviene a los exportadores, precisamente porque la Federación pone el mejor precio posible que pueda darse en el mercado. Los exportadores quieren un precio menor para pagarle al productor”.

Frente al tema de la institucionalidad cafetera, la Misión realizó un estudio liderado por el académico Eduardo Lora, en el cual concluyó que debe existir una separación de funciones entre lo público y lo privado en la Federación de Cafeteros, que “actúa como exportador y gremio del sector privado. Actúa como público porque hace programas de difusión y extensión con recursos públicos y maneja la cuenta del Fondo Nacional del Café. Eso genera una gran confusión y un conflicto de intereses”.

Sin embargo, en días pasados el gerente de la Federación, Luis Genaro Muñoz Ortega, dejó claro que el informe preliminar elaborado por Echavarría está caracterizado por el sesgo ideológico. ‘Quienes creen que dividir una estructura (el gremio) es viable, desconocen con total impunidad la solidez y el arraigo de la institucionalidad’.

El costo de producir café

De acuerdo con un informe elaborado por Echavarría que hace parte de los 18, el costo de producir una carga de 125 kilogramos es de $554.000, no de $700.000, como dijo el Gobierno en el momento de negociar con los caficultores, que reclamaban un subsidio en medio de la destorcida de precios de 2013. “El Ejecutivo negoció sin datos. Además, en los últimos años los costos de producción han bajado”, dijo el director de la Misión.

Sin embargo, en su documento sostiene que durante los últimos 20 años la productividad del sector cafetero no ha cambiado, pese a que el gremio señala que se ha recuperado hacia los 15 sacos por hectárea. “El mercado cafetero es muy competido y deja márgenes muy pequeños”, explicó.

Frente a la actual coyuntura de precios internacionales (que están cercanos a los US$2), el presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Asoexport), Carlos Ignacio Rojas, sostiene que el buen momento de la cotización “nos está anestesiando de una situación estructural que sigue siendo complicada y que no podemos tapar. Los estudios de la Misión confirman lo que se pensaba de la relación entre precios y el impacto que tiene Brasil en los mismos. Lo que estamos viendo en el mercado se debe a Brasil”.

Por lo pronto, advierte que el país está enfrentado a una pérdida de relevancia como origen, ya que cafés con sellos de orígenes de otros países se están pagando a mejor precio que los colombianos.

 

 

hsandoval@elespectador.com

@hector_sandoval

Por Héctor Sandoval Duarte

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