Los cazacontratos

Los emprendedores Nicolás Bohórquez (izquierda) y Henry Canastero (derecha). / Luis Ángel

Desde el fracaso del “Chinchorro”, un local donde alcanzaban logros académicos ajenos programando software y haciendo tesis de grado a precios razonables, Nicolás Bohórquez y Henry Canastero se quedaron con las ganas de vivir de una empresa propia. Le habían invertido el tiempo, las ganas, los recursos y la formación de ambos en ingeniería de sistemas, a esa idea de negocio de la que ahora se burlan, diciendo que “creíamos que iba a funcionar, trabajábamos para gente de muchas universidades que pagaba por no hacer lo que a nosotros nos gustaba hacer, pero no nos fue tan bien como creíamos”.

Luego de ese primer intento de emprender un proyecto, tomaron caminos distintos para ejercer su profesión, supieron lo que significaba tener un sueldo estable, y casi 15 años después volvieron a unirse para retomar el ímpetu de crear empresa. “Yo tengo una firma de programación de software, y un día encontré una convocatoria del Gobierno para un contrato perfecto para nosotros, pero ese día se cerraba la inscripción y no alcanzamos a enviar una propuesta. Me sentí muy frustrado”, cuenta Bohórquez y afirma que en los meses siguientes participó con Canastero en la primera versión de Colombia 3.0 (organizada por el MinTIC), donde iniciaron el desarrollo de una propuesta que les devolvió la confianza en el emprendimiento.

“Con lo que le pasó a Nicolás, consolidamos un equipo de trabajo y pensamos con un poco de idealismo, en un robot que filtrara las oportunidades que lanzan constantemente las entidades públicas”, explica Canastero. Fue así que nació Solocontrata.me, un portal que identifica y clasifica los contratos y licitaciones para que empresas de todos los sectores puedan recibir propuestas de acuerdo con su tamaño y capacidad. En este momento, tienen casi 100 compañías adscritas a sus servicios y han logrado procesar alrededor de 448.000 contratos, de los cuales 85.000 han sido enviados a sus clientes. Además, su oferta también está disponible para Perú y Ecuador, y esperan tener la versión en inglés y portugués para entrar a Estados Unidos y Brasil en 2013, luego de extenderse por Latinoamérica, donde según ellos no existe una oferta similar.

“Tenemos una gran ventaja sobre nuestros competidores: la tecnología”, manifiesta Bohórquez, explicando que los servicios prestados por otras organizaciones se hacen manualmente, es decir, con un equipo de trabajo que revisa todo el tiempo la información publicada en los portales de las instituciones.

“En la mayoría de ocasiones el Gobierno compra caro y compra malo, porque no recibe las propuestas necesarias”, aseguran, y agregan que con su negocio incentivarán la competencia y proporcionarán un poco de transparencia en los procesos de contratación pública. También, destacan con gracia su participación en ferias tecnológicas de New York y São Paulo, donde los inversionistas y expertos les auguran un gran éxito. “Nos dicen: su idea es algo aburrida, pero muy prometedora y escalable”.

Para ellos, lo más difícil en este proceso ha sido convencer a sus familias y amigos de creer en lo que hacen, porque como cuentan: para muchos ser un emprendedor es sinónimo de ser un desempleado. Sin embargo, la determinación los mantiene firmes, perfeccionando e invirtiéndole a esta iniciativa. “Te aburre saber que hay cosas muy grandes y tú eres la cola del león, eso te anima a querer ser la cabeza”, puntualiza Bohórquez.