Los costos del cambio climático

Durante el discurso de apertura de la última cumbre de la Organización de las Naciones Unidas, en la que participaron más de 120 jefes de Estado, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió “colocar al mundo en una nueva dirección” frente a los peligros del calentamiento global. Además, el presidente colombiano Juan Manuel Santos resaltó el compromiso del país en la cooperación del reto global del cambio climático, “un fenómeno que amenaza el desarrollo sostenible de nuestros pueblos”, resaltando que para una lucha efectiva se requiere una acción conjunta de todas las naciones, “en particular de aquellas con mayores niveles de emisiones de gases de efecto invernadero”.

Es una problemática que toma relevancia si se tiene en cuenta que un estudio de 2014 titulado “Impactos económicos del cambio climático en Colombia (Ieccc)”, realizado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Cepal y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), establece que cada año Colombia perderá 0,49% de crecimiento económico por los efectos del cambio y su producción total de los próximos 100 años se reducirá a un nivel equivalente del 3,7% del valor del PIB en 2010 ($544,924 billones). Asimismo expone que históricamente aumentos del 20% en la tasa de muertos, heridos y afectados por desastres de origen climático han estado asociados con caídas de 1,5% en el PIB de largo plazo.

Los impactos por sectores son heterogéneos. En general, la silvicultura podría ser uno de los sectores que se beneficiaría del cambio climático, mientras que la ganadería, la agricultura, la pesca y el transporte tendrían pérdidas agregadas en su producción.

En consecuencia, se espera que en los próximos 100 años la producción forestal crezca a un ritmo de 6,2%, mientras que la ganadería tendrá un promedio de pérdidas anuales en la producción de peso vivo de carne y litros de leche de 1,6%. Además el sector agrícola mostrará una reducción del 7,4% de los rendimientos anuales para maíz tecnificado, arroz irrigado y papa. Por otro lado, la industria pesquera experimentará una reducción de 5,3% de la carga desembarcada. Las operaciones de transporte se verán afectadas negativamente, en especial el carretero, porque en promedio las vías terrestres estarán cerradas el 5,9% del tiempo por efectos de deslizamientos asociados con la precipitación.

Adicionalmente, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (Ipcc), advierte que los fenómenos de variabilidad climática, como La Niña y El Niño, serán más frecuentes y recurrentes en los próximos años, además sus efectos podrían ser más adversos, lo cual es consistente con la evidencia histórica, porque el pasado fenómeno de El Niño sucedió hace menos de cinco años y, de acuerdo con los informes del Ideam, el próximo podría desencadenarse con un 72% de probabilidad, mientras que hace 30 años la periodicidad de este tipo de eventos era de entre siete y diez años.

Ómar Franco, director del Ideam, opinó que “a pesar de que Colombia no sea un país altamente contaminador y que no sea un gran participante en el inventario de emisiones a nivel global, el país no puede ser ajeno a los efectos del cambio climático, porque estamos sintiendo las consecuencias de esta problemática. La reducción de la masa glacial, el aumento del nivel del mar y de la temperatura local son muestra de eso.

Es una problemática que queremos mejorar por medio del Plan Nacional de Planeación, porque pretende entregarle al país propuestas para que los sectores productivos de la economía puedan adaptarse al cambio climático de forma sostenible. Es por eso que sugerimos mecanismos para reducir la emisión de gases invernadero y la implementación de prácticas sostenibles, además fomentamos procesos de ciencia y tecnología para mejorar los sistemas de producción que optimicen los recursos actuales sin comprometer los restantes”.