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Los pagos que no aparecen...

Exportadores colombianos no han recibido el dinero aprobado desde Caracas para cancelar deudas por US$600 millones.

David Mayorga
11 de enero de 2011 - 10:00 p. m.

A pesar de las buenas intenciones con que los gobiernos de Colombia y Venezuela buscan llevar sus relaciones binacionales, el pago de las deudas atrasadas a los exportadores colombianos, uno de los temas angulares de la agenda conjunta, promete generar más de un dolor de cabeza.

La principal causa de un malentendido surgiría de la información contradictoria que ha rodeado el proceso. “Es poco transparente, debido a que el empresario colombiano no conoce cuál es el estado de las solicitudes que hace el importador venezolano ante la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) y, por lo tanto, no puede saber cuándo le han sido liquidadas las divisas”, explica Magdalena Pardo, presidenta de la Cámara Colombo Venezolana.

 Por un lado, no hay unanimidad en cuanto al monto de los pagos autorizados o liquidados. Hasta hace dos meses, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo aseguraba que el Banco Central de Venezuela había dado su aval a reclamaciones por cerca de US$340 millones. Sin embargo, esta semana Manuel Barroso, presidente de Cadivi, informó que 2010 se había cerrado con aprobaciones por US$500 millones, cifra que no se conoce en Colombia.

Además de las autorizaciones de divisas para pagar a los exportadores colombianos, hay mucho camino por recorrer. “Debido a la falta de claridad en información a lo largo del proceso, los importadores que no informen a su cliente en Colombia sobre el estado de las solicitudes ante Cadivi y no depositen en el momento señalado los bolívares correspondientes a los dolares que deben ser liquidados, pueden perder los derechos cambiarios y no recibir los dólares para cancelar sus obligaciones”, advierte Pardo.

 En los primeros días de diciembre de 2010, una encuesta en el interior de su gremio (que no incluye a todos los exportadores con deudas en el vecino país desde 2006) encontró que sólo se habían depositado pagos por US$50 millones.

Pero los datos sin confirmación no son el único problema de los exportadores nacionales. “Buena parte de las pequeñas y medianas empresas han reportado que no saben nada de giros, ni siquiera sus filiales en Venezuela”, comenta Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), quien tiene su propia explicación sobre la falta de pago: “Muchos importadores venezolanos cerraron sus empresas, otras quebraron”.

Una realidad que es validada, según analistas, por el lastre de crecimientos negativos que viene arrastrando Venezuela desde 2009, cuando su PIB decreció 3,3% (economistas independientes en el vecino país predicen un retroceso del 2% en 2010).

“Es una economía que desde su gobierno desincentiva la producción privada, lo que repercute en las importaciones: tres cuartas partes de las compras internacionales son fomentadas por el sector privado”, explica Saúl Pineda, director del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario, quien agrega que Argentina y Brasil están sufriendo el mismo calvario.

“Colombia debe seguir profundizando la diversificación de mercados y sacarles provecho a los acuerdos comerciales ya firmados”, añade.

Por David Mayorga

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