Los seguros agrarios aún no despegan

Alejandra Díaz, directora de Microseguros de Fasecolda. / Cortesía

¿Qué es y cómo funciona un seguro agrícola?

Es un contrato por el cual una aseguradora ampara al agricultor o ganadero frente a riesgos propios de su actividad económica que son ajenos a su voluntad, tales como sequías, heladas e inundaciones, entre otros, que afectan el rendimiento de los cultivos o producen la muerte de las plantas o de los animales, motivando pérdidas económicas que son compensadas por el seguro.

¿Cuáles son los motivos más frecuentes por los que se recurre a estos seguros?

Algunos de los amparos más frecuentes son: heladas, exceso o déficit de lluvia, vientos fuertes, inundaciones y granizadas.

¿En 2012 cuál fue el comportamiento del segmento frente a 2011?

A noviembre de 2012, las primas emitidas alcanzaron los $15.089 millones, un 4,3% menos que en el mismo mes de 2011. De acuerdo con Finagro, a diciembre de 2012 había 61.104 hectáreas aseguradas, 32,9% más que en 2011, y el valor asegurado ascendió a $312.000 millones, mientras que el número de pólizas emitidas fue de 6.376

¿El sector agropecuario es consciente del peligro que corre al no asegurar su producción?

El nivel de aseguramiento en Colombia aún es muy bajo, pues menos del 1% del área cultivada está asegurada, mientras que en Argentina es del 50%, en México es del 27% y en Brasil asciende al 8%. Esto es el resultado de la falta de conciencia entre los productores y el poco conocimiento que tienen de instrumentos como este, así como de los beneficios que otorga el Gobierno.

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