La noticia de que también quiere hacer un mayor escrutinio de los asuntos tributarios de las compañías multinacionales pone de relieve su intención de dejar atrás la imagen de paraíso fiscal, luego de una respuesta popular y política a los fraudes tributarios.
El incentivo político para tomar esta decisión es claro. Durante un período de mayor austeridad, el generoso régimen tributario para los individuos adinerados y las multinacionales podría disminuir los ingresos por impuestos de otros miembros de la Unión Europea (UE).
“A medida que los gobiernos y sus ciudadanos luchan por subsistir, es crucial que todos los contribuyentes, privados y corporativos, paguen la porción justa de sus impuestos y confíen en que el sistema tributario internacional es transparente”, dijo Angel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, con sede en París.
Sin embargo, a la par que el Gran Ducado considera cambiar su política tributaria, algunos cuestionan lo que ello implicaría para su economía de casi 43.000 millones de euros. El impulso a favor de una mayor transparencia podría afectar al gran número de multinacionales que han elegido a Luxemburgo como su sede en la Unión Europea, atraídas por sus bajas tasas de impuestos corporativos para mejorar su productividad y sus ganancias.