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Más allá de la baja inflación de 3,66%

Aunque la cifra no es preocupante, sí deja ver síntomas de mayores presiones inflacionarias en 2015. La educación fue la que tuvo la mayor alza debido al aumento de matrículas.

Camilo Herrera Mora, Especial para El Espectador
07 de enero de 2015 - 01:50 a. m.
Los precios de la papa superaron el 30% durante 2014, como respuesta al paro agrario.  / Archivo El Espectador
Los precios de la papa superaron el 30% durante 2014, como respuesta al paro agrario. / Archivo El Espectador
Foto: DAVID CAMPUZANO 2012

Hablar de una inflación anual de 3,66% es muy bueno en una economía en crecimiento como la colombiana. Y si se considera que se cumplió con la meta establecida por el Banco de la República y no superó el aumento del salario mínimo, sin duda el indicador parece estupendo. Pero detrás del número hay cosas que vale la pena revisar con más detalle.

Esta inflación es la más alta de los últimos cinco años, lo que significa que durante el año los hogares perdieron más capacidad de compra que en los años anteriores, reduciendo la dinámica del mercado interno y pronunciando la desaceleración del ciclo económico. Esta inflación mayor al parecer se da por tres factores fundamentales que pasan comúnmente desapercibidos.

El primero se refiere al aumento del precio de la papa, que superó el 30% debido a que el año pasado tuvo comportamientos atípicos debido a un aumento en la producción en el segundo trimestre, que tuvo como consecuencia la caída de los precios del producto y desembocó en un paro nacional, generando que el Gobierno comprara parte de la cosecha y redujera aún más el precio del tubérculo, causando que en 2014, cuando el precio se estabilizó, mostrara una fuerte alza, que realmente fue la recuperación que se dio de un precio bajo.

El segundo efecto fue el aumento de las tarifas de la energía para muchos hogares, debido a que las electrificadoras comenzaron a amortizar el aumento del precio del servicio previniendo un fuerte aumento debido al fenómeno de El Niño, que al final no se presentó en 2014, pero es posible que ocurra en 2015.

El tercero se debe al aumento de los precios de bienes importados —transables en su gran mayoría, como lo evidencia Bancolombia—, que comienzan a transmitir los efectos de la devaluación del peso.

Adicionalmente cabe anotar que la canasta de educación fue la que tuvo el mayor aumento en precios, debido al alza de matrículas, y que los bienes y servicios regulados, aquellos que no están libres en el mercado sino que están definidos por el Estado, aumentaron 4,84%, debido a que en su gran mayoría están afectados por la indexación a SMLV, y en el caso de la gasolina, al precio internacional del petróleo, y por eso tuvo una reducción de 1,7%.

Esto deja ver que la inflación de 2013 de 1,94% fue causada en buena medida por la caída del precio de productos como la papa y esto se debía ajustar en 2014. Por eso la cifra no es ni inesperada ni preocupante, pero sí deja ver síntomas de mayores presiones inflacionarias en 2015 debido a El Niño, la devaluación y la indexación que causa la inflación más alta de los últimos años. Es poco probable, como muestra el Banco de Bogotá, que la inflación en 2015 se salga del rango meta del Banco Central, mas es posible que en varios meses del año estemos cerca del 4%, lo que será un gran reto para la capacidad de compra de los hogares y la política monetaria.

 

 

 

* Presidente de Raddar Consumer Knowledge Group.

Por Camilo Herrera Mora, Especial para El Espectador

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