“Lo novedoso es que estudiamos un fenómeno complejo que abarca tres dimensiones: nivel socieconómico (ingresos), confianza interpersonal (nivel de confianza en círculos sociales cercanos y desconocidos) y el otro tiene que ver con la vivienda y el acceso a servicios públicos”, explicó Parás. Además, se estudian factores como las oportunidades de recreación, la convivencia social, la gestión gubernamental y la civilidad.
Para probar la confiabilidad de esta encuesta se hizo una prueba piloto en el estado de Jalisco, la cual arrojó resultados muy cercanos a la realidad. “Guadalajara (capital) es una ciudad que ha sufrido fenómenos de violencia y conflicto muy recientes, y eso se refleja en la evaluación de la dimensión de seguridad ciudadana”, aseguró el investigador, y agregó que “seguimos un método científico que nos permite, con una pequeña muestra, hacer inferencias sobre un universo mayor. En Guadalajara hicimos 2.400 entrevistas, lo que nos da una confianza estadística del 95%”.
La idea de Parás es que este modelo pueda replicarse como una herramienta para determinar climas de opinión, lo que puede resultar muy útil para líderes políticos. “Los personajes públicos pueden impulsar soluciones si saben cuál es el problema. Esta encuesta no es el único medio para enterarse, pero es muy efectivo”.
Este estudio es similar al que se realiza en algunas ciudades colombianas mediante la Red de Ciudades Cómo Vamos (rinde cuentas en aspectos como medio ambiente), y puede costar entre US$20 y US$25 mil, debido al valor de cada entrevista, que puede estar entre US$18 y US$28 en el promedio latinoamericano.
Para determinar las demandas poblacionales y el nivel de calidad de vida en una ciudad, Pablo Parás, presidente de la empresa mexicana Data Opinión Pública y Mercados, desarrolló un modelo de encuesta que reúne y analiza las variables que inciden en el desarrollo individual y social.