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Menos cultivo y más bosque, lo que dejó 2015

Según la Encuesta Nacional Agropecuaria, la actividad agrícola perdió 1 % de participación en los suelos, mientras los bosques ganaron 4,8 %.

María Alejandra Medina C.
02 de junio de 2016 - 03:54 a. m.
El 7,6 % del área se dedica a cultivos, según la encuesta anual del DANE. / Archivo
El 7,6 % del área se dedica a cultivos, según la encuesta anual del DANE. / Archivo

Casi un año después de que se revelaran los resultados del tercer censo nacional agropecuario que se realiza en la historia de Colombia, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) entregó los resultados de 2015 de la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA). Mientras que el censo midió toda el área rural dispersa del país (cerca de 111 millones de hectáreas), la ENA, medición que se realiza desde 1995, esta vez abordó más de 37 millones de hectáreas dedicadas a la actividad agropecuaria.

La encuesta se centró en 22 departamentos (excluyó los de difícil acceso o que no son considerados tradicionalmente agrícolas) y dio cuenta de que el 80 % del área el año pasado se dedicó a la actividad pecuaria, casi la misma proporción que se registró en 2014. Sin embargo, la actividad agrícola disminuyó 1 %, y se ubicó en 7,6 %. Los bosques aumentaron 4,8 %, hasta llegar a representar el 10 % del uso del suelo.

El 2,3 % del área se destinó a otros usos. Para hacer una comparación, en el censo nacional agropecuario, los bosques ocuparon 56,7 % del área y el suelo agrícola, más del 38 %.

A pesar de que la actividad agrícola perdió participación en el uso de suelo total, tanto los cultivos permanentes como los transitorios crecieron en área. De los 2,3 millones de hectáreas aproximadamente, el 65,6 % correspondió a cultivos permanentes y el 34,4 %, a cultivos transitorios.

Sobre los primeros, el área que se encuentra en edad productiva aumentó 5,2 %, hasta más de 1,2 millones de hectáreas. Mientras productos como la naranja repuntaron en cuanto a rendimiento, con más de 15 %, otros como la caña panelera y el limón cayeron 20 y 23%, en ese orden. En cuanto a cultivos transitorios la producción (cosecha) se vino abajo, con -12,3 % en hortalizas como arveja, cebolla y zanahoria, y -15 % en otras hortalizas. El maíz amarillo y el maíz blanco disminuyeron cerca de 21 y 42 %, respectivamente.

En cuanto a área sembrada el panorama cambia. Hubo una variación positiva de 5,7%, con el maíz como el principal producto: 10 % más de maíz amarillo, pero 16 % menos de maíz blanco. A esos cereales les siguen la papa, yuca, fríjol y tabaco. Las hortalizas, sin embargo, se contaron aparte y registraron un desplome de 6,1 %. La caída más pronunciada la experimentó el cultivo de tomate, con 17 % de variación negativa.

De acuerdo con Henry Vanegas, gerente de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce), la caída en la producción de maíz se debió a los efectos del fenómeno de El Niño. Aseguró que de cara al fenómeno de La Niña, el maíz se está produciendo con miras a ensilarlo para hacer frente a una eventual escasez.

El 2016, según el gremio, pinta mejor, debido a que, enmarcados en el plan de siembra del Gobierno (Plan Colombia Siembra), los productores de maíz ya superaron su meta de 60.000 hectáreas del año, al contar 105.000 hectáreas nuevas apenas en el primer semestre.

De acuerdo con el DANE, “en el primer y segundo semestres del año 2015 la cebolla bulbo y el tabaco destinaron más del 98 % de su producción para venta. En tanto los cultivos que mayor producción registraron para autoconsumo en el primer y segundo semestres fueron la yuca y haba con más del 15,0 % de la producción”.

En cuanto a la actividad ganadera, que se llevó la mayoría del uso del suelo, el primer departamento es Antioquia, con una participación de 12 %, seguido por Casanare, con 10 %. Respecto a la producción de leche, se evidenció una caída de 12 % en el total de litros (15,3 millones).

Manuel Rodríguez, exministro de Ambiente, opinó: “No hay mayor problema ambiental en Colombia que la ganadería. Se sigue deforestando para seguir potrerizando el país, que es una verdadera tragedia”. Según él, el tema debe ser obligatorio en la agenda del posconflicto y se debe continuar con el modelo de transformación que el Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (Cipav), con Fedegán y cofinanciación del Banco Mundial, viene impulsando en 50.500 hectáreas.

Por María Alejandra Medina C.

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