Microempresas: ¿ahorradoras informales?

De las 440.000 cuentas de ahorro que tienen este tipo de compañías en el país, sólo hay activas 185.900.

Camilo Vega Barbosa
06 de octubre de 2015 - 03:10 a. m.

Las microempresas tienen una relevancia especial para la economía colombiana, pues se estima que las pymes de este tipo generan cerca del 50% del empleo a nivel nacional. Sin embargo, de acuerdo con un reciente informe de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), “su viabilidad está siendo amenazada por la falta de acceso a herramientas de gestión de riesgo tales como el ahorro, el crédito y los seguros”.

El último Reporte Trimestral de Inclusión Financiera, elaborado por Banca de las Oportunidades, indica que el número de empresas que reportan tener al menos un producto financiero pasó de 506.300 a 681.000 entre el primer trimestre de 2012 y los tres primeros meses de 2015. Además, el informe señala que las cuentas de ahorro y corrientes han crecido 40% y 32%, respectivamente, en el mismo período de tiempo.

Sin embargo, pese al crecimiento de estos productos entre las microempresas, su utilización es limitada. El mismo informe señala que de las 440.000 cuentas de ahorro, sólo 185.900 fueron utilizadas en los últimos 12 meses.

Una posible explicación de este fenómeno se encuentra en el Estudio de Demanda por Inclusión Financiera (EDIF) de la Superintendencia Financiera. De los 1.200 microempresarios encuestados, sólo el 28% reporta haber tenido un crédito con el sistema financiero durante el último año o algún producto transaccional, como cuentas de ahorro y corrientes.

No obstante, esta investigación encontró que el ahorro en las microempresas sí existe, pues el 51% de los entrevistados manifestaron haber guardado una reserva de dinero en el último año, aunque explicaron que lo hicieron por medio de mecanismos informales. Por ejemplo, mientras el 43% afirmó depositar sus recursos en bancos, el 32% de ellos guarda su capital en el negocio, cajas fuertes y alcancías. Asimismo, el 9% dijo hacerlo en cadenas de ahorro y el 3% entre familiares.

También sobresale que según el EDIF el ahorro logrado es en 45% de los casos utilizado para el capital trabajo y tan solo el 10% de estos recursos son reinvertidos.

Frente a los resultados del EDIF, la ANIF concluyó que “si bien la capacidad financiera de las microempresas colombianas ha mejorado significativamente en los últimos cuatro años, ésta aún es limitada, especialmente desde la óptica del ahorro formal. Tal como lo expone el estudio de la Superintendencia Financiera, el ahorro informal es tres veces el ahorro formal”.

Además, el centro de estudios indicó que “prospectivamente, todo esto nos debe llevar a discutir estrategias de inclusión financiera que permitan promover el acceso y uso de productos por el lado de los créditos, así como profundizar de forma activa los mecanismos de ahorro. Estos programas deberían fundamentarse en mecanismos de mercado y en la libre participación de los interesados. Es claro que los programas compulsivos gubernamentales son ineficaces a la hora de generar inclusión financiera real y sostenible”.

Por Camilo Vega Barbosa

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