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La mitad de los colombianos vive en arriendo

Un informe de Fedelonjas señala que es muy difícil para un profesional recién egresado y con trabajo acceder a una vivienda. Hay alarma por los altos precios.

Jairo Chacón González
07 de abril de 2013 - 09:00 p. m.
El déficit de vivienda en Colombia alcanza los 3,8 millones de unidades.  / Archivo - El Espectador
El déficit de vivienda en Colombia alcanza los 3,8 millones de unidades. / Archivo - El Espectador

“Lo importante es tener un techo donde meter la cabeza”. Esta trillada frase del argot popular toma más fuerza al conocerse un informe de Fedelonjas, que señala que el 49,6 % de los colombianos vive en arriendo y que las condiciones para acceder a la compra de una vivienda se complican cada vez más al conocerse el desborde en los precios de las casas nuevas, lo que podría terminar en una burbuja inmobiliaria.

El presidente de Fedelonjas, César Augusto Llano, señaló que es imposible pensar que un profesional recién egresado pueda comprar una vivienda nueva si no tiene ahorrado por lo menos el 45 % de su valor o que tenga un sueldo muy bueno que soporte el compromiso.

En promedio, este tipo de profesionales que empieza trabajando con salarios no mayores a $1’200.000 prefiere comprar carro antes que meterse en la “vaca loca” de un crédito hipotecario o estar a la moda con el mejor celular, el último computador o la mejor pinta. Y para lograr esto prefieren seguir viviendo con sus padres, donde logran ahorros hasta del 80 % con los cuales pagan sus juguetes tecnológicos y se divierten.

Los independientes, quienes prefieren tener su propio espacio, pasaron a engrosar la cifra del estudio de Fedelonjas, que en su última medición vio como el arrendamiento en el país creció de 48,1% a 49,6 %.

Pero la pregunta a la que no le encuentran respuesta los ciudadanos de otras condiciones sociales, es qué tan fácil es acceder al anhelado techo, ya que pese a los programas del Gobierno, como las 100 mil viviendas gratis y el millón de soluciones para este período, el déficit de vivienda supera los 3,8 millones de unidades y seguirá creciendo, ya que cada año se crean más de 100 mil nuevos hogares en el país.

A la falta de recursos se suma el desbordado incremento en los precios de la vivienda, especialmente en proyectos de estratos altos en Bogotá, Bucaramanga y Cartagena, lo que llevó al Banco de la República y a la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) a advertir sobre una posible burbuja inmobiliaria, que en palabras castizas no es más que un fenómeno que incrementa los precios de la vivienda por encima del crecimiento económico.

De acuerdo con expertos del sector, esto puede estar sucediendo en los estratos altos, donde el metro cuadrado está por encima de los $10 millones. Estos valores incluso son más altos que los de Nueva York o Miami.

Y la justificación de estos precios tan altos, según los constructores, es que los proyectos son más completos y la tierra es cada vez más escasa y costosa.

Sin embargo, otros empresarios del sector sostienen que lo que ocurre es que para hacerse a los predios están pagando hasta 40 o 45 % del valor de las ventas del proyecto, cuando la media nacional es del 17 %, lo que hace que el valor del metro cuadrado se dispare.

De acuerdo con ANIF, Bogotá presenta síntomas de una burbuja por falta de tierra y por los problemas para acceder a servicios públicos, especialmente el agua. Esto ha generado un estancamiento en la realización de proyectos.

Si bien los constructores, el Ministerio de Vivienda y los gremios del sector consideran que no existe una burbuja inmobiliaria, sí están preocupados por las medidas de la Alcaldía de Bogotá.

El descontento de los constructores con la administración del alcalde Gustavo Petro es total, ya que mientras ellos creen que deberían ser aliados de la administración, el burgomaestre los está tratando como enemigos, lo que los ha obligado a construir en el vecindario.

Una de las razones del alto precio en Bogotá es que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) no permite entregar tierra a los constructores y la esperada liberación de altura no se ha concretado.

Mientras que ANIF señaló que las actuales circunstancias no permiten la compra de vivienda en la ciudad, los constructores creen lo contrario ya que en el país los inmuebles siempre se valorizan.

Llano explicó que el aumento del índice de precios de vivienda nueva en el último trimestre de 2012 fue de 11,3 % en promedio, pero que es más marcado en ciudades como Bucaramanga (con el 24 %), Bogotá (13%), Barranquilla (11%), Cali (7,4%) y Medellín (6,8%). Además, destacó la importancia que tienen los servicios inmobiliarios para el país, ya que éstos generaron un valor agregado acumulado de $38,1 billones, lo que representa un aporte al PIB de 8,1%.

Por su parte el presidente de Icono Urbano, Jorge Estrada, rechazó que exista una burbuja, ya que no hay un gran número de inventarios de inmuebles y la rotación en venta o arriendo no dura mucho tiempo. Según el directivo, el incremento de los precios se debe a la escasez de la tierra y a que hay más dinero circulante, una clase media creciente con mayor capacidad de pago y un país que sigue creciendo demográficamente.

Entretanto, el economista Eduardo Sarmiento señaló que la burbuja inmobiliaria está empezando a afectar las finanzas de Bogotá y que cuando ésta explote van a ser muchos los afectados.

Otra cosa piensa el presidente de Fedelonjas, Sergio Mutis,  quien cree que en Colombia no existe burbuja inmobiliaria y prueba de ello es que la vivienda sí está siendo demandada, pese a que existe especulación por los tenedores de la poca tierra disponible. Además, se está aplicando el sistema de construcción con preventas, lo que les permite arrancar cuando alcanzan un punto de equilibrio, unos seis meses después de iniciar las ventas.

Mutis considera que el crédito hipotecario tiene una cartera sana y que en el país la vivienda siempre se ha valorizado, contario a lo que ocurrió en España o Estados Unidos.

José Belfort Mattos, director de Cushman & Wakefield para Colombia y Ecuador, dijo que “no vemos razones objetivas para creer en una burbuja inmobiliaria este año. Sin embargo, en algunos sectores sí hay una burbuja pero de precios, como lo mencionado para la tierra estrato 6”.

“En nuestros clientes no vemos alto apalancamiento financiero o especulación de forma general, que son los factores principales de burbujas. Vemos un dinamismo en la economía que nos permite suponer que la oferta y la demanda van seguir creciendo”, dijo Belfort.

También el Gobierno cree que el país no tiene burbuja inmobiliaria y que este año, gracias al proyecto que impulsa el ministro Germán Vargas Lleras, el PIB podría llegar al 10 %.

Por Jairo Chacón González

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