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“No buscamos destruir a Fedegán”: Demogán

Roberto Ramírez, representante de Demogán, afirma que, si se decide democráticamente, su gremio se podría lanzar a manejar la cuenta parafiscal.

María Alejandra Medina
30 de enero de 2016 - 03:38 a. m.

El Espectador habló con Roberto Ramírez Ocampo, representante de Demogán, una unión que formaron en 2011 ocho ganaderos e industriales, incluido Alquería, y que no comulga con la forma como Fedegán manejó el fondo parafiscal que le fue quitado en diciembre pasado. Aclara que no hace parte de Fedegán y que nunca ha ido a ninguna de sus asambleas. Manifestó su opinión sobre qué hacer ahora con la ganadería y los parafiscales, que quedaron en manos de Fiduagraria temporalmente, por designio del Ministerio de Agricultura.

 

Usted dice que Demogán se creó por cosas como que nadie podía votar libremente en una asamblea de Fedegán. ¿A qué se refiere?

Se llega a una asamblea de Fedegán, yo nunca he estado, pero a mis amigos, a quienes les creo, les dicen: “Esta es la plancha por la que hay que votar”. No existe la posibilidad de decir que quiero pertenecer a la junta; los ganaderos no pueden votar libremente por diferentes listas. Córdoba es el segundo departamento de mayor inventario de ganado en Colombia, tiene 26.000 predios y no pasan de 300 los afiliados al comité de ganaderos de Córdoba. Es una desproporción. La representación que tiene Fedegán no es voluminosa. Los ganaderos no se pueden expresar, no porque alguien los amenace, sino porque no existe un gremio que los represente genuinamente.

¿Cómo está constituido Demogán?

En Demogán se juntan la industria y el productor, porque consideramos que era fundamental que estuvieran cara a cara y no espalda contra espalda. Alguien decía que éramos cuatro gatos. Sí, somos pocos porque no hemos tenido la posibilidad de llevar el mensaje. La afiliación da la posibilidad de ser una persona que actúa y que pueda disentir y aportar, porque la importancia de la democracia no es sólo hablar, sino aportar, traer ideas, que la gente pueda disentir. En la primera reunión multitudinaria de Demogán, en 2011, estuvimos 203 personas.

¿Se reúnen periódicamente?

Uno de los oficios es ir por el país, hablar con campesinos y entender cuáles son sus prioridades, dificultades y vicisitudes. Estamos tratando de escuchar al ganadero, que es muy importante.

¿Cómo se sostienen financieramente?

Recibimos aportes de algunos afiliados que tienen la posibilidad de aportar algo, y de la industria.

¿Hay gente de Demogán que está en Fedegán?

Puede haber gente que esté en Fedegán, que no es muy bien vista porque la democracia no es una de las especialidades de Fedegán, entonces no somos bien vistos.

¿Cuántos recursos manejan anualmente?

Debemos ser primos de San Francisco de Asís: recibimos $250 millones al año.

¿Y qué han hecho?

Gracias a las personas de Demogán, como Horacio del Castillo en Cartagena, se logró que se exportara ganado en pie. Eso lo hizo Demogán. Ha venido discutiendo que el FNG tiene que ser democrático y que, por lo tanto, no puede continuar siendo manejado de forma autocrática, y, bueno, le quitaron el FNG. No podemos decir que hayamos sido nosotros, pero hemos insistido tanto que de pronto ayudamos un poco. Pero la decisión es del Gobierno, no tenemos la capacidad de incidir tanto. En este momento el tema fundamental es la aftosa. Fedegán dice que logró que Colombia estuviera libre de aftosa con vacunación. No creemos eso, sino que fue gracias al esfuerzo de cada ganadero, que cada comité, que son 82, ha ayudado a controlar la aftosa. Fedegán dice que hace llegar la vacuna al ganadero, pero eso lo hace realmente el comité: los laboratorios llevan la vacuna hasta el comité, y no hay (cadena de) frío. El control y las visitas de los funcionarios de Fedegán a las fincas son muy pocas. Sí hacen vistas, qué tal que no, pero tendrían que estar en muchos más lugares.

¿Qué decir de la decisión del Gobierno de no darle la administración del fondo a Fedegán?

En el fondo hay una gigantesca nómina: 347 personas y $21.600 millones cuesta manejarlo. No estamos de acuerdo; creemos que el país y la ganadería exigen austeridad. Hay ideas para que se haga la promoción del consumo de carne y leche, que ha tenido tan malos resultados. El consumo en los 90 estaba en los 22 kilos per cápita, y hoy hay quienes dicen que estamos en 17 kilos. Creemos que está por debajo de eso. Mientras tanto el consumo de carne de pollo y cerdo ha crecido de forma importante. Lo segundo es que no tenemos política ganadera. Debería ser responsabilidad de un gremio o del Ministerio de Agricultura, pero los gremios duran más que cualquier ministro. El actual gerente de Fedegán lleva once años como gerente y no ha producido una política ganadera sólida. En 2006 se hizo un libro, el PEGA, el Plan Estratégico para la Ganadería, en donde se decía que en 2015, en un escenario realista, habría 30 millones de cabezas de ganado, y en un escenario optimista habría 38 millones. El año 2015 terminó y había 22 millones de cabezas de ganado, pero cuando empezó en 2006 había 24 millones de cabezas. En lugar de aumentar, disminuyó.

El Ministerio de Agricultura dijo el año pasado que Fedegán se venía ajustando a lo que señalaba la Contraloría. ¿Nada cambió?

Sentimos que hay una ley hecha para un gremio que se llama Fedegán. Eso no es constitucional, en vez de decir que sea un gremio cualquiera. Segundo, la Ley 89 de 1993 también dice que sea un gremio democrático. Eso no lo exigen Juan Camilo Restrepo o Aurelio Iragorri, lo exige la ley. Creo que ellos se llaman “gremio cúpula de la ganadería”. Felicitaciones, pero es que no hay suficiente representación. Dice Fedegán que está bien representado, que tiene las cooperativas. El señor que va de las cooperativas al FNG es también de la junta de Fedegán. No creemos que eso sea democrático. Nuestra propuesta es que no tenemos inconvenientes con que lo maneje un Fedegán democratizado, no buscamos destruir a Fedegán, pero sí que sea democrático, pero eso parece que duele más de lo que debería.

¿Y a qué aspiran con Demogán?

Tiene que tener muchísimos ganaderos carnetizados, un gran foro permanente para que esos finqueros puedan expresarse de diferentes maneras, que Colombia sea exportador, y ya trabajamos para exportar leche y carne. No podemos exportar carne de la manera como se pretende, pero porque no hay ganado. Si no hay retención de vientres, no hay terneros para producir carne. La obligación es velar para que existan procesos ganaderos y soluciones para los pequeños ganaderos.

Por María Alejandra Medina

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