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'Obras de La Línea no están paradas'

Mientras que el vicepresidente Germán Vargas Lleras afirma que hace siete meses están parados los frentes de trabajo, el constructor Carlos Collins lo desmiente.

Jairo Chacón González
23 de enero de 2015 - 01:42 a. m.
'Obras de La Línea no están paradas'

Mientras que en Bolívar (Cauca) el vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, inauguraba el anillo vial La Lupa-Bolívar, tramo que hace parte del Corredor del Macizo Colombiano, y anunciaba la apertura de la licitación de la vía Santander de Quilichao-Popayán, en Bogotá el contratista del túnel de La Línea, Carlos Collins, desmentía al Gobierno sobre la posible parálisis de las obras desde hace siete meses.

El constructor, quien se encuentra en un proceso sancionatorio que podría llevar a la declaratoria de caducidad del contrato para la construcción del túnel de La Línea, derivado de presuntos incumplimientos en la ejecución de la obra, desmintió las afirmaciones del vicepresidente en las que señaló que desde hace siete meses no hay ningún frente de trabajo.

Collins aseguró tajantemente que “en agosto del año pasado faltaban 450 metros por excavar y hoy faltan 86 metros, lo que significa que sí se ha trabajado, ya que solo hace falta un uno por ciento para terminar el túnel”.

“El pasado 13 de enero, atendiendo los requerimientos de la investigación que se adelanta, el director del Invías, Carlos García; el interventor y varios representantes de las empresas que hacen parte del consorcio estuvimos en la obra. Tal vez no le informaron bien al vicepresidente o no le dijeron nada de esta visita. Faltan 86 metros, que estarán listos a finales de febrero”, recalcó Collins.

El empresario señaló que si bien no ha cumplido contractualmente, es injusta la persecución de la que ha sido víctima, ya que el Gobierno le debe recursos con los cuales la obra ya estaría terminada.

El directivo del consorcio Segundo Bicentenario explicó que cuando ganó el contrato, los pliegos decían que el recubrimiento se podía hacer con concreto lanzado (5 centímetros de grosor) o concreto convencional (50 centímetros) y que él decidió hacer el primero, pero que en septiembre de 2013 el director del Invías, Leonidas Narváez, decidió cambiar el concreto lanzado por convencional y allí empezó la persecución.

“El concreto prelanzado no es malo, el túnel de Gualanday, que hace poco inauguró el presidente Santos, lo construyeron con concreto prelanzado y el de Sumapaz, en la vía Bogotá-Girardot, también se hizo con este concreto”, aseguró.

Collins advirtió que el revestimiento del túnel piloto, un tubo de 8,6 kilómetros de longitud y cuatro metros de diámetro, que no tendrá una función clave, se adjudicó para hacerse en concreto convencional, lo que configura un detrimento patrimonial al país, ya que su costo supera los $65 mil millones.

De acuerdo con el contratista, la obra está a 86 metros de que se realice el cale, es decir, de que se encuentren los dos frentes de trabajo para unir el túnel.

El Espectador se comunicó con el director de la interventoría, Enrique Dávila, para preguntarle cuánto faltaba por excavar y si estaban trabajando, a lo que respondió que esta información la suministraba el Invías, ya que existe un pacto de confiabilidad.

Frente a esta respuesta tratamos de comunicarnos con el director del Invías, Carlos García, quien no se pronunció al respecto, a la espera de la audiencia que se realizará el próximo 27 de enero.

Collins se comprometió a que en diciembre de este año estarán terminadas las obras, aunque advirtió que el Invías todavía no ha abierto la licitación para contratación de las obras electromecánicas del túnel, que corresponden a su ventilación, iluminación y otros aspectos para que sea operable.

Asimismo, señaló que hace falta la apertura de la licitación para la construcción de un viaducto de 430 metros en el sector de Calarcá. “Si en este momento estuvieran terminadas las obras que nos corresponden, no se podría avanzar, sino que el tráfico debería pasar por la carretera vieja”.

Si bien Collins denuncia estas acciones, hay que advertir que el contratista no ha cumplido con sus obligaciones y aún le falta terminar la excavación, terminar 17 puentes y el revestimiento del 80% del túnel con concreto convencional.

Pero todas estas decisiones están en manos de un tribunal de arbitramento que debe fallar en los próximos meses para definir las acciones que se deben seguir para dar una salida a esta problemática, que tiene sometido al país a un atraso vial y sobrecostos en la movilización por este corredor.

Las propuestas

El contratista aclaró que ha presentado tres propuestas para salir de esta problemática, pero que ninguna ha sido aceptada por el Invías.

La primera es terminar el túnel y el revestimiento con recursos propios de la Unión Temporal Segundo Bicentenario, que incluyen los $129 mil millones que me deben y no se nos pagan, indicó.

“Pero póngale que no me pagaran los $129.000 millones, entonces que le paguen directamente a Argos los $4.000 millones que le debemos”.

La segunda es que se reconozca la diferencia entre un revestimiento lanzado y el convencional, que es de $160 mil millones. Por cada kilómetro son $17.500 millones, añadió.

Y la tercera es “que si definitivamente no me quieren, si yo no soy de la simpatía de alguien en el Gobierno, liquidemos el contrato amigablemente y ya. Pero es que no les sirve esa oferta porque no me masacran y de lo que se trata es de masacrarme. Y después peleamos en un tribunal”, puntualizó.

jchacon@elespectador.com

Por Jairo Chacón González

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