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En peligro de exclusión

Los operadores móviles aseguran que si el Gobierno sigue empeñado en destinar una porción del espectro a un nuevo competidor, la brecha digital en el país podría aumentar.

David Mayorga
12 de julio de 2012 - 10:57 p. m.

A la vuelta de un año, el mercado colombiano de telefonía móvil habrá sufrido una profunda transformación. Los cambios comenzarán a darse a partir de octubre próximo, cuando el Gobierno asigne nuevas concesiones de espectro radioeléctrico para que los operadores implementen en el país la tecnología LTE, mejor conocida como cuarta generación o 4G, que permite una mayor velocidad en la transmisión de datos y masificar internet móvil.

Y entre sus planes está la entrada de un nuevo operador al mercado. La figura + es la reserva de una porción de espectro para un oferente dispuesto a aumentar la competencia en el país, medida que rechazan las compañías ya presentes en el mercado. Rodrigo Lara, presidente de la Asociación de la Industria Móvil de Colombia (Asomovil), el gremio que las reúne, explica su posición.

¿Por qué son inconvenientes los segmentos exclusivos para la entrada de un nuevo operador?
Es inconveniente para el país. Como quedó demostrado en subastas con franja de espectro reservada en Estados Unidos, en 2003, y en Canadá, en 2008, otorgar privilegios resulta en una entrada ineficiente al mercado: la idea de que se va a comprar espectro a precio de ganga fomenta la llegada de operadores poco eficientes, sin la capacidad técnica y financiera para realizar las multimillonarias inversiones que requiere desplegar redes por todo el país. Esto significaría desaprovechar el espectro, entregarlo a las manos de empresas que no le van a sacar el jugo o que lo tendrán parqueado. Es decir, se pierde la oportunidad de masificar la internet móvil de banda ancha para llegar a los colombianos más pobres.

Pero el Gobierno la ha escogido como fórmula para fomentar la competencia en el sector...
Por el contrario. Entregarle el espectro en bandeja a un entrante significa cerrarle la puerta a un establecido para que compita por él. Favorecer a uno implica discriminar a otro. Es condenarlo, porque al no integrar las nuevas tecnologías, puede debilitarse respecto a los competidores establecidos e, inclusive, salir del mercado. Esto terminaría en la concentración del mercado en uno o dos operadores.

¿Ustedes han propuesto un mecanismo diferente?
Simplemente que todos pujen y compitan en igualdad. Que ganen los que de verdad van a pagar el precio que cuesta adquirir espectro. El Estado no puede regalarlo a un eventual pero incierto entrante. Para citar un ejemplo, en México se hizo una subasta con franja reservada para un entrante, que terminó costando la décima parte de lo que pagaron los establecidos. Así pierden los colombianos.

¿Hay temor ante la entrada de un nuevo operador?
El temor reside en asignar ineficientemente el espectro. Si éste fuera ilimitado, cabría un número ilimitado de operadores en los mercados de telefonía móvil del mundo. Francia tiene tres y está evaluando un cuarto; en América Latina ningún país, excepto Brasil, tiene más de cuatro operadores. Colombia ya cuenta con ese número. Si se fragmenta el espectro, las empresas dejan de invertir porque se les quita la posibilidad de crecer, y esto significa atraso tecnológico y exclusión digital.

¿Por qué es tan estratégico este proceso?
Colombia tiene 17 millones de usuarios de internet móvil, es decir 36% de penetración. El espectro es requisito sine qua non para que las compañías establecidas puedan integrar las nuevas tecnologías 4G y llegar al 100% de la población. Para el país es absolutamente estratégico que lleguemos a ese porcentaje de la población, porque hay que cerrar las brechas digitales y fomentar el desarrollo.

Por David Mayorga

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