Nokia y Alcatel-Lucent hasta el 13 de enero pasado eran competidores. Pero luego de que la firma finlandesa de infraestructura para telecomunicaciones comprara la francesa por US$16.000 millones, se volvieron un solo gigante en un negocio que también es competido por Huawei y Ericsson, principalmente, y en el que los clientes son los operadores como Claro, Tigo y Movistar a nivel nacional.
El Espectador dialogó con el vicepresidente de asuntos corporativos de Nokia para la región, Fernando Carvalho, quien explicó el porqué de la compra y las implicaciones que tendrá para Colombia y América Latina.
Luego de esta adquisición, ¿cómo queda configurado el negocio de Nokia?
Crecimos asociando Nokia con los teléfonos celulares, pero en los últimos años, en 2007, se dio la separación de la parte de redes de la parte de terminales. Se fusionó con Siemens y siguió una trayectoria de crecimiento donde más tarde va adquirir Motorola. La parte de terminales de Nokia es un negocio donde, después de ser líder de mercado, se llega a la conclusión de que no tenía más futuro y se vende a Microsoft y más tarde la parte de localización de Nokia, Here. Nos focalizamos en redes. Compramos entonces Alcatel-Lucent. Crean un líder global que tiene tres cosas que creemos que son distintas. Lo primero es una presencia global en todos los países. Somos el número uno en Norte América. Ericsson era número uno antes de la fusión y Huawei era número uno en China, pero de los extranjeros en China, el más grande es Nokia. Tenemos un portafolio que cubre todo, del inicio al fin, salvo los terminales. Lo tercero es una combinación para una facturación de 25.000 millones de euros que nos permite investigación y desarrollo, para seguir poniendo innovación en todo el portafolio.
¿De cuánto fue esa inversión el último año?
En 2014 fueron $4.700 millones de euros de inversión en investigación y desarrollo, y eso es más que algo bonito para mostrar es definitivo para ser competitivo a largo plazo y capturar valor.
¿Qué tenía Alcatel-Lucent que le faltaba a Nokia?
Nokia tenía poco en transporte, en cloud algunas cosas. Nokia tenía en óptica algunos partners. Alcatel-Lucent tenía todo eso y una presencia fuerte en móvil. Cuando complementamos los dos portafolios, en cuanto a la presencia geográfica, creamos algo que es completo. Los huecos que tenía Nokia se cubren perfectamente con lo que tenía Alcatel-Lucent.
A nivel global, con la fusión, ¿con cuánta participación de mercado quedan?
Es un mercado tan competitivo que aunque sea número uno, no se tiene una dominancia tan grande. Somos número uno en LTE, la cuota es el 29%; en acceso fijo, la cuota de 21%. En IP somos número dos, con 21%; Cisco tiene más de 30% en ese mercado. Las cuotas variarán.
¿Qué implicaciones tiene la fusión para Colombia?
Dos. La primera es la complementariedad, Nokia tenía presencia en varios clientes en Colombia. Alcatel-Lucent tenía otros. Combinados tenemos casi todos los operadores de nuestra base de clientes, con más soluciones de Nokia, pero presente en todos. Lo segundo es que romper las barreras entre las distintas tecnologías es algo que podemos construir con estos clientes. Antes teníamos solo Nokia en el móvil y otros partners en otras tecnologías. Mientras sigamos invirtiendo e investigación y desarrollo, e integrando las tecnologías, podremos tener mejores experiencias para nuestros operadores y de ellos para los clientes.
¿Cómo han reaccionado los operadores? ¿Les preocupa tener menor oferta o lo ven positivo?
La oferta queda igual, pero se concentra en un proveedor que puede simplificar la vida desde el punto de vista operativo. Simplifica los proyectos de ingeniería. Si antes para el despliegue de una red se necesitaba hablar con uno o dos proveedores, ahora solo habla con uno, que gestiona todo el proyecto. Para un sitio nuevo, está bajo la responsabilidad de uno y evita un problema que es común, y es por ejemplo que llego y construyo el sitio, pero la transmisión no está lista y empieza la discusión. El impacto principal es algo que para Munich o París quizá no es fundamental, pero que para América Latina es cuestión de blanco o negro y es bajar el costo de la banda ancha, que es la última barrera que tenemos para que la gente logre conectarse a internet. La única forma de hacer eso es con una tecnología para tener una baja inversión al instalar nuevos sitios en un área rural aislada y también para operarlo, para que el operador no pierda plata con la manutención. En esto ponemos una cantidad importante de plata en investigación y desarrollo, para bajar el consumo de energía, el precio de alquiler de las torres con equipos más pequeños y livianos, y con costos más bajos de instalación. Si hay un impacto que tengamos en América Latina es subir el nivel de conectividad LTE en la región del 10% en donde está a 20 o 30% en los próximos cinco años.
¿Qué impactos tiene la fusión en puestos de trabajo, tanto en el mundo como en Colombia?
Juntamos las compañías y tenemos 104.000 personas a nivel global. El objetivo de sinergia es de largo plazo, y son 900 millones de euros en 2018 (costos que quieren reducir). Empezaremos con las sinergias más claras, por ejemplo yo en marketing tenía contratos duplicados. Simplifico y hago una mejor negociación. Aún no hay un plan de cuántas reducciones se harán. Nada más hay un target a 2018 de reducir 900 millones juntando todo. Ahorro en oficinas, en Bogotá por ejemplo tenemos dos. Seguramente nos uniremos en una más grande. La compañía tiene 25.000 millones de ingresos y hace 10% de lucro operativo, 90% son costos.
¿En cuánto esperan que crezca la facturación juntos?
El mercado no va a crecer a nivel global. Nuestra idea es crecer más que el mercado, es decir, 2% o 3%. Lo que pasará es que Colombia nos ayudará en eso. El PIB crece. Si miramos la región Brasil por ejemplo está bajando. Este año tenemos la subasta de 700 MHz, lo que significa probablemente una inversión más grande por parte de los operadores en redes. Conectar a la gente que todavía no tiene 4G en la región dependerá de más espectro, del costo de los equipos y de las tecnologías, que sean mucho más eficientes, que puedan poner mucho más ancho de banda y que tengan más sitios, como small cells. Colombia y México diría que son los ejemplos más importantes de este año.
¿Cree que esa subasta se está estructurando bien? El tema de topes ha sido tema de debate. ¿El país lo está abordando de una forma adecuada?
No tengo una posición específica de si lo están haciendo bien o mal. Es un buen tiempo para hacer la subasta, se va a subastar limpia y se podrá usar pronto. Algunos países la hicieron antes pero no se consigue despegar los servicios en la banda porque sigue “sucia”. Cuando tienes la tecnología lista y con el costo preciso se puede arrancar muy rápido con proyectos de conexión rural y creo que será ejemplo aquí en Colombia.