La petrodiplomacia

En Venezuela la necesidad de ajustar el programa de Petrocaribe le ha costado a la nación un estimado de US$44.000 millones en ingresos que no se percibieron desde 2005.

Andrés Schipani (Managua) John Paul Rathbone (Londres) / Financial Times
18 de enero de 2015 - 02:00 a. m.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, está de gira internacional buscando recursos. / EFE
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, está de gira internacional buscando recursos. / EFE
Foto: EFE - STR

Jamaica tiene su “Zoológico de la esperanza”; Nicaragua, una escultura amarilla decorando una plaza en Managua, llamada “El árbol de la vida”, mientras Haití tiene el “Aeropuerto Internacional Hugo Chávez”.

Todos son monumentos a los tiempos de gloria, cuando el líder del gobierno socialista de Venezuela, Hugo Chávez, seguía estando vivo, los precios del petróleo estaban altos y la Caracas revolucionaria, que tiene las reservas más grandes del mundo, podía darse el lujo de enviar 200.000 barriles al día de petróleo subsidiado a 13 países, entre ellos Cuba, a cambio de su apoyo político y a veces por pago en especies, como fríjoles negros.

Hoy, sin embargo, con los precios del petróleo habiendo caído en seis meses a la mitad, la economía de Venezuela está en caos y las protestas por la escasez de alimentos son cada vez peores. Caracas debe repensar los acuerdos de petróleo subsidiado de Petrocaribe para financiar sus importaciones cada vez menores, reconstruir sus reservas internacionales y evitar un cese de pagos.

“El acuerdo de Petrocaribe sobrevivirá, pero los términos tendrán que ser revisados a causa de la situación crítica de Venezuela”, dijo Néstor Avendaño, un economista de Managua.

La necesidad de ajustar el programa de Petrocaribe, que vale 3% del producto interno bruto de países como Jamaica, Guyana y Belice, pero que le ha costado a Venezuela un estimado de US$44.000 millones en ingresos que no se percibieron desde 2005, parece inevitable. Sin embargo, el que la política de Caracas sea errática no implica que habrá cambios.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está en una gira mundial buscando apoyo financiero, con un precio del barril de “equilibrio” de US$100. En cambio, el precio del petróleo de Venezuela, que representa el 96% de las exportaciones, cayó a menos de la mitad la semana pasada, exacerbando los temores de que el país no logre pagar los US$11.000 millones en bonos que vencen este año.

Una visita a Beijing la semana pasada aseguró vagas promesas de US$20.000 millones de inversión, pero no una línea de socorro inmediata. El lunes en Catar, Maduro dijo que estaba trabajando una “alianza financiera” con los bancos de Doha, que representaba miles de millones de dólares, pero no dio detalles. En Caracas, entre tanto, la Policía ha limitado las compras a dos días a la semana en los supermercados del Estado que tienen las estanterías vacías.

Los bonos de referencia de Venezuela han caído a más de la mitad en seis meses, para llegar a 39 centavos de dólar, y Moody’s, la agencia de calificación de crédito, redujo el martes la deuda de Venezuela a Caa3, la calificación más baja para un país que no ha cesado pagos.

“Venezuela no puede exprimir más su limón del petróleo”, dijo Jorge Piñón, un experto en energía para América Latina de la Universidad de Texas.
No obstante, a pesar de la dificultad de financiación, hay pocas señales de que Venezuela ha dejado de exprimir el limón. Un problema central es que buena parte de la producción de petróleo por parte de la compañía estatal Pdvsa, estimada en 2,5 millones de barriles diarios, está hipotecada en compromisos como el de Petrocaribe, que Caracas no quiere o no puede abandonar.

Aproximadamente 500.000 barriles diarios de gasolina altamente subsidiada son consumidos localmente, otros 500.000 son enviados a China para pagar los préstamos apoyados en petróleo, que representan US$50.000 millones, mientras 200.000 son para Petrocaribe. De estos últimos, 100.000 barriles diarios van para Cuba.

Esto deja aproximadamente 1,3 millones de barriles diarios para vender en los mercados mundiales, que valen tan sólo US$20.000 millones al año a los precios actuales. Como contraste, las importaciones de Venezuela fueron de US$77.000 millones hace dos años.

El programa de petróleo subsidiado de Petrocaribe “tiene un impacto negativo sobre el flujo de efectivo de Pdvsa”, dijo David Voght, director administrativo de IPD Latin América, una consultora.

Hasta ahora, sin embargo, Venezuela aparentemente no ha reducido a Petrocaribe. Las cifras más recientes de Pdvsa arrojan que se entregaron 206.000 barriles diarios de petróleo hasta septiembre pasado.

Una razón para que sigan los envíos podría ser que el subsidio de Petrocaribe se reduzca drásticamente cuando los precios son más bajos. A US$100 el barril, por ejemplo, el 60% del precio se paga a bajas tasas de interés, luego de un período de gracia de dos años. A US$50 el barril, no obstante, el subsidio es de tan sólo 40%.
El Fondo Monetario Internacional recomendó el año pasado que Venezuela, dadas sus “limitaciones de liquidez externa, entre ellas una caída continua en las reservas internacionales, eligiera si reducir o eliminar estos programas”. Algunos países de Petrocaribe han hecho planes de contingencia y los analistas han recomendado que lo reemplacen por petróleo de esquisto barato de Estados Unidos.

Guatemala se ha retirado del programa, Jamaica y República Dominicana supuestamente han titulado a través de Goldman Sachs las anteriores deudas con Venezuela por Petrocaribe, mientras Cuba, el aliado más cercano de Venezuela, inicia conversaciones para restablecer relaciones diplomáticas con Estados Unidos.

Por Andrés Schipani (Managua) John Paul Rathbone (Londres) / Financial Times

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