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'Planteamos un seguro catastrófico para el campo'

Jorge Humberto Botero, presidente de Fasecolda, cuenta que el sector asegurador del país tiene retos pendientes como la implementación de las pólizas para edificaciones y también, para la ejecución de vías de cuarta generación (4G). Sostiene que una de las frustraciones del gremio es que el agro esté desprotegido.

Héctor Sandoval Duarte
11 de mayo de 2014 - 08:25 p. m.
El presidente de Fasecolda, Jorge Humberto Botero, sostiene que las dificultades de implementación del seguro agropecuario son una frustración para la industria aseguradora del país.   / Gustavo Torrijos - El Espectador
El presidente de Fasecolda, Jorge Humberto Botero, sostiene que las dificultades de implementación del seguro agropecuario son una frustración para la industria aseguradora del país. / Gustavo Torrijos - El Espectador
Foto: GUSTAVO TORRIJOS/EL ESPECTADOR - GUSTAVO TORRIJOS

Luego de un 2013 en el que la industria aseguradora no registró números del todo positivos debido a los ajustes de política monetaria en Estados Unidos, este año las cosas pintan diferente ya que el sector tendrá bastante trabajo con el seguro para la construcción y con el comienzo de las obras de las concesiones viales de cuarta generación (4G).

Jorge Humberto Botero, presidente de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), dijo a El Espectador que las aseguradoras del país ya están listas para cubrir los proyectos 4G y también, para meterse de lleno al negocio de los seguros de construcción, el cual se espera que entre en pleno funcionamiento a finales del próximo año. Asimismo, reconoce que una de sus frustraciones es la complicación para poner en marcha pólizas de carácter agropecuario.

 

¿Cómo le está yendo al sector asegurador?

El panorama es positivo por una razón general: la economía está creciendo bien. Esto tiene una correlación muy alta con el desempeño del sector financiero, incluyendo al asegurador.

Hay una serie de factores que inciden positivamente en el desempeño del sector: el primero, las medidas tomadas para estimular la formalidad laboral mediante la reducción de parafiscales. Esto arroja resultados espectaculares en términos de crecimiento del empleo formal.

Por ejemplo, mientras el empleo total de la economía estaba creciendo 2% en enero de 2014, la afiliación a riesgos laborales-que es un índice inequívoco de formalidad-, lo estaba haciendo a más del 10% al cierre del mismo mes. Eso genera un dinamismo muy importante.

Este, también lo produce la dinámica del crédito de vivienda que se refleja en el crecimiento de los seguros hipotecarios y de los de vida, grupo, incendio y terremoto.
Esos factores seguirán incidiendo de manera positiva el resto del año. Sin embargo, hay asuntos que pueden influenciar como el comienzo de las obras del plan de concesiones viales de cuarta generación (4G); estos proyectos implican trabajo para el sector asegurador, empezando por los seguros de cumplimiento para garantizar la seriedad de la oferta y el cumplimiento de las obligaciones que tienen los concesionarios, así como de todos los riesgos asociados a los procesos constructivos como los de ingeniería, estabilidad de obra, responsabilidad civil, etc.

El otro gran motor de desarrollo este año y el próximo, es el seguro decenal de construcción que se tramita en el Congreso y que se relaciona con las responsabilidades de los constructores de edificaciones nuevas en los eventos de ruina o amenaza de las mismas.

Ese proyecto marcha bien en el Congreso, ha tenido una gran acogida. Se espera que el Legislativo lo apruebe sin dificultades antes de que el año termine. Así, estaría en funcionamiento a finales de 2015.

 


¿Cómo ha recibido el sector constructor el tema de las pólizas?

Varias compañías de seguros van a empezar a ofrecer desde ya ese seguro. Que voluntariamente los constructores lo adquieran y conviertan ese seguro en un sello de calidad de las edificaciones que adelantan.

No van a esperar a que el seguro sea obligatorio, sino que les van a decir a sus eventuales compradores que desde ya les ofrecen el seguro para que estén tranquilos de que no suceda lo del caso Space. Y si pasa algo así, se les indemniza.

Los constructores han tenido preocupaciones como la capacidad del sector asegurador para asumir riesgos y sobre el impacto en los precios de la vivienda. Por supuesto hay que reconocer que el seguro es un costo y que probablemente el constructor lo va a transferir. Ese plus se concreta en dos cosas: uno, estricta supervisión del proceso constructor –el asegurador es el primero en que eso no sea un siniestro-; dos, en cubrir indemnizaciones. Ese costo se puede reflejar en el precio final de la vivienda.

De otro lado, hemos calculado que ese costo sería de 0,1% anual para una cobertura prevista en la ley para 10 años. Si suponemos que esto se difiere a 15 años, las cuotas son mínimas. Además, el patrimonio del constructor queda protegido.

Se escucha entre círculos cercanos al proceso que las aseguradoras están prevenidas con los grandes proyectos de 4G...

No hay ninguna razón de ser. Las coberturas del programa 4G fueron diseñadas por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) con el concurso de un asesor externo de primer nivel y discutidas con el sector asegurador. Hoy, ¿cómo se cubren esos riesgos? Eso está enteramente definido y las compañías se sienten cómodas. He puesto de presente al Gobierno que las nuestras empresas están totalmente listas y ávidas de que eso comience a funcionar pronto.

Los problemas no están en los seguros sino en las bajas tasas de retorno para los empresarios que acometan el desarrollo de esos proyectos. El propio director de la ANI (Luis Fernando Andrade) lo reconocía. Decía que si hay que cambiar las condiciones eventualmente para mejorar la rentabilidad esperada en los concesionarios, lo haría.

 

¿Cómo las aseguradoras van a cubrir esas grandes obras?

Así como hay multitud de riesgos, hay muchas coberturas. Hay compañías que las cubren todas, otras que se especializan en algunas de ellas. Por ejemplo, en maquinaria y responsabilidad civil. También, se aseguran riesgos de ingeniería en el proceso constructivo.

Si bien las responsabilidades recaen en los aseguradores, ellos ceden parte del riesgo a compañías de reaseguros. Esto determina que por grandes que sean los volúmenes de riesgo que asumen las compañías, su capacidad no se ve restringida. Tienen respaldo de reaseguradoras o tienen capacidad de aumentar sus capitales.



En medio del 4G y de seguros para construcción, ¿han llegado compañías aseguradoras nuevas?

Una, es la francesa AXA, la segunda más grande del mundo. Varias como Swiss Re, Zurich, BNP Paribás (Francia) e Itaú (Brasil) han llegado. Hay mucho interés porque hay nuevas tecnologías, capitales frescos y grados mayores de competencia lo cual beneficia a los usuarios.

 

Hablando de las cifras de la industria, ¿qué tal estuvo el arranque del año?

El arranque de año estuvo bien pero los resultados finales de 2013 fueron malos por las depreciaciones de portafolio que se forman como consecuencia de los cambios en la política monetaria de Estados Unidos y la depreciación del peso. Eso es un factor exógeno financiero que está absorbido.

 

¿Y hacia finales del año?

Todo indica que en 2014 el crecimiento estará por encima del 4%. Hay una cosa notable y es que el hecho de que estemos en proceso electoral no tiene implicaciones en la dinámica de inversión. Nadie siente que los candidatos sean salvadores de una situación desastrosa o por el contrario, un factor de grave amenaza. Como dicen algunos columnistas: mejor que la campaña sea aburrida.


Se advierte un fenómeno de ‘El Niño’ y el agro está desprotegido...

Es una gran frustración del sector. Hemos planteado al Gobierno un seguro masivo de carácter catastrófico para la población campesina de bajos recursos y que cubriría eventos de tipo hidrológico. Para ver la mejor manera de poner a funcionar este seguro, se requiere un piloto. Más aún, en un país con bajo conocimiento de los riesgos agropecuarios.

Los recursos se pusieron en Finagro y para frustración nuestra, el Gobierno no ha tomado la determinación de poner esto en marcha. A veces el Estado parece tan abrumado por paros que no tiene tiempo, ni capacidad ni voluntad para resolver problemas.

Cuando Juan Camilo Restrepo era ministro insistió en ese tema…

Para un seguro catastrófico las primas serían bajas. Le hemos dicho al Gobierno que las absorba, no que las subsidie mientras la gente adopta el seguro. Que se expidan seguros individuales a cada campesino; si el siniestro se materializa, en vez de hacer un paro, que le paguen las compañías.

¿Qué tan alta es la penetración del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT)?
El SOAT es un éxito en el país porque protege a víctimas de accidentes de tránsito; en las prestaciones asistenciales también, económicas –si hay invalidez o muerte-. El conductor, independientemente queda protegido. Si fuera voluntario como en otros países como México, el tema sería marginal.

El 85% de los carros, de casi 9 millones de vehículos, está asegurado. Entretanto, el seguro voluntario de automóviles que protege daños en el vehículo, responsabilidad en caso de daño a terceros, tiene penetración de un 30%.

 

¿Cómo está el panorama en seguros de vida?

Es un seguro difícil de vender, pero que está creciendo. En vida hay 19 millones de riesgos asegurados. No es tampoco tan bajo. El crecimiento de las capas medias de la población, genera un potencial de crecimiento para seguros de vida, hogar y automóviles.



Hablando de siniestralidad, ¿cómo se explica la reciente evolución?

La siniestralidad se mantiene, estamos en el 62%. Es un buen manejo. A veces los siniestros son más que las primas y el resultado es negativo. No obstante, en esos casos el asegurador obtiene utilidad financiera por la inversión de las reservas. De cada 100 pesos que recibe la industria, 62 se pagan en siniestros.

Es falsa la percepción de que la industria cobra primas y no paga los siniestros.

 

¿Cuáles son los retos del sector asegurador?

Hay retos importantes. El sistema pensional es un fiasco. Debe ser sostenible, universal y equitativo pero no cumple los requisitos. Favorece a la gente de alto ingreso, no abarca más del 32% de la población y no es sostenible en prima media porque allí los siniestros o pensiones, son más que el valor capitalizado de las primas. Se requiere una reforma del sistema, no hay duda.

Otro gran desafío es un seguro de desempleo. Hemos establecido es que con un valor muy pequeño que puede salir del auxilio anual de cesantías, podríamos crear un seguro para cuando la gente se quede sin trabajo. Serviría para solventar sus gastos y aportar a seguridad social.

Por Héctor Sandoval Duarte

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