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La primera prueba del TLC

Los primeros daños se dan en la agricultura, donde el país renunció a los aranceles y aceptó los subsidios de Estados Unidos.

Eduardo Sarmiento Palacio
17 de noviembre de 2012 - 09:00 p. m.
Se considera que el agro es el que tiene una gran desventaja comercial.
Se considera que el agro es el que tiene una gran desventaja comercial.

El TLC se puso en vigencia hace ocho meses y hasta el momento sus gestores no se han pronunciado. Ojalá no suceda lo del euro, cuyos defensores y creadores solo se vinieron a manifestar cuando no se podía hacer nada para evitar su fracaso.

Curiosamente el primer año del tratado ha coincidido con la caída de la actividad productiva y el empleo. El país está experimentando muchos de los efectos que se anticiparon en su momento. Como era totalmente previsible, los primeros daños se dan en la agricultura, en donde el país renunció a los aranceles y aceptó los subsidios de Estados Unidos. Las importaciones agrícolas aumentan 50%. La gradualidad del desmonte en los aranceles fue eludida por la vía de los productos finales y por los contenedores con aranceles cero. En la industria los efectos se presentan en todos los niveles, incluso en los sectores emblemáticos. Desde antes de la firma del tratado el país está abocado a una importación masiva de textiles que ha colocado a Coltejer y Fabricato en serias dificultades. Por lo demás, el sector externo muestra claros signos de debilitamiento. Las importaciones crecen más del doble que las exportaciones; el déficit en cuenta corriente aumenta progresivamente y amenaza con superar el 4% del PIB. Así las cosas, la economía se torna cada vez mas dependiente de la inversión extrajera y del modelo minero.

El balance del TLC no va bien. Los beneficios del tratado se reducen al abaratamiento de las importaciones. En cualquier caso, se compensan con creces por la contracción de la producción ocasionada por el aumento de las importaciones con respecto a las exportaciones. No es aventurado afirmar que los costos sociales del experimento son superiores a los beneficios.

Otro efecto del TLC que se anticipó y se está viendo en grandes dimensiones es el de la desregulación de la economía. La desprotección por la baja arancelaria y la revaluación se trata de compensar dándole rienda suelta a las empresas. Así, la reducción de los impuestos a las empresas contempladas en la reforma tributaria se justifica como una forma de disminuir los costos y facilitar su competitividad externa. Lo más grave es que se ha llegado a un relajamiento de las reglas de comportamiento. La desregulación les ha significado a las empresas de salud, comisionistas bursátiles y las telecomunicaciones poderes monopólicos que se emplean para obtener grandes ganancias a cambio de lesionar a la sociedad.

La verdad es que las teorías de ventaja comparativa que sirvieron para justificar el libre comercio no dieron los resultados provistos. No se trata de un juego de suma positiva que favorece a todos los participantes. Se trata, más bien, de una confrontación que reduce las remuneraciones del trabajo y dispara las ganancias del capital. Si a esto se agrega la inefectividad de las políticas tradicionales para elevar el empleo y la preocupación mundial por las tendencias crecientes de la desigualdad, no sería extraño que los países desarrollados acudieran a una mayor protección para ampliar el empleo y sostener los ingresos laborales. En este contexto, los países comprometidos con el libre comercio no tendrían más opción que especializarse en la minería y los servicios.

En amplios círculos se reconoce que el predominio de la minería, la desindustrialización, el elevado desempleo e informalidad y el déficit creciente de la cuenta corriente constituyen serios obstáculos para el crecimiento con equidad. Lo que no se entiende es que muchos de estos escollos vienen de la apertura y se verán acentuados por el TLC. Como se observa en las primeras pruebas, el país no está en condiciones de producir ni bienes industriales históricos ni alimentos temperados.

Por Eduardo Sarmiento Palacio

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