En el último Congreso Nacional de Cafeteros, que se llevó a cabo en diciembre de 2014, tanto el gremio como el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, empezaron a apostar por que Colombia llegará a una producción de 14 millones de sacos de 60 kilos en dos años. El año pasado, el resultado fue de 12,1 millones.
Ahora todo parece indicar que las cuentas se van a cumplir, pues la producción del grano en los últimos 12 meses, entre agosto de 2014 y julio pasado, superó los 13 millones de sacos, lo que significa un incremento de 12% con respecto al lapso entre agosto de 2013 y julio de 2014. El positivo resultado estuvo jalonado por una productividad que no se veía desde hace 15 años, con 16 sacos por hectárea.
En lo corrido del año, la producción nacional ha subido 14% en comparación con los primeros siete meses de 2014. De acuerdo con la Federación Nacional de Cafeteros, el buen comportamiento es la consecuencia de la renovación cafetera de 3.438 millones de árboles en 647.000 hectáreas desde 2009.
Juan Camilo Restrepo, exministro de Agricultura, opinó que el nuevo gerente de la Federación, que será escogido el próximo miércoles 12 de agosto, no sólo debe mantener las políticas de sostenibilidad, sino promover el consumo per cápita interno. “Colombia consume mucho menos que Costa Rica o México. Debemos tener como meta ser un gran consumidor del propio café”.
Las cifras de producción también dieron cuenta de que en julio de 2015 las exportaciones del grano vieron un incremento de 35% con respecto al mismo mes del año pasado. Para Carlos Rojas, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia, el resultado de producción es positivo porque hay más grano disponible para exportar. Quienes venden en el exterior, dijo, “están dispuestos a exportar todo el café que se produzca”.
Sin embargo, pese a que más producción sumada a la elevada tasa de cambio significa mayores utilidades, para Dignidad Cafetera, los productores aún se enfrentan al incremento de precios de productos importados, tales como los fertilizantes, y los costos que se mantienen altos como el de la mano de obra. Para Óscar Gutiérrez, coordinador del movimiento, el buen resultado de producción es producto de políticas atentas al café tradicional, al esfuerzo de los caficultores y al empujón que les dieron los subsidios para renovar el parque cafetero.