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Una profunda transformación en el estatuto tributario propone la Comisión de expertos que evalúo la competitividad tributaria del país.
Dice el informe que se busca hacer un estatuto más equitativo y eficiente, mejorando el diseño de los dos grandes ejes de la tributación: las utilidades de las empresas, la renta de las personas, riqueza y el IVA en el nivel nacional; e impuestos como el predial en el sistema tributario regional y local.
El impuesto a las transacciones financieras o cuatro por mil, con tasas moderadas podría ser útil para controlar los fenómenos de evasión y fraude, recomienda la comisión.
Advierten que el sistema tributario castiga la eficiencia económica, la formalidad laboral y la competitividad empresarial. Esta situación conlleva a una reducción de las tasas de inversión, crecimiento económico y generación de empleo formal.
Considera impuestos anti-técnicos como el de riqueza-patrimonio, el de transacciones financieras y el ICA (Impuesto de Industria y Comercio).
La comisión señala que la tarifa del 16% del IVA en Colombia resulta inferior a la del promedio de la OECD que está en 18.9% y en América Latina se ubica por debajo de Uruguay, Argentina, Brasil, Chile y Perú. Es decir que hay espacio para incrementar este tributo pero en función de una mejor distribución social y que castigue menos a los pobres y más a los ricos como no ocurre en la actualidad.
Colombia sigue abusando de dos impuestos anti-técnicos: impuesto a la riqueza-patrimonio de las empresas y el cuatro por mil o impuesto a las transacciones financieras (GMF).
Dice el informe que a pesar de que estos dos impuestos nacieron en momentos de necesidad de recursos como impuestos temporales, “han adquirido un carácter permanente debido a que su vigencia se ha prorrogado varias veces”.
Remarca el informe que el diseño de este tributo dista de ser el más eficiente desde el punto económico.
El impuesto al patrimonio fue aplicado en Colombia hasta comienzos de la década de los años 90 como un tributo complementario sobre las personas naturales, como es lo usual en muchos países. Fue eliminado para reaparecer en 2003 sobre patrimonios altos tanto de las empresas como de las personas.
En la actualidad, el 95% del recaudo de este impuesto es pagado por las empresas y sólo 5% por un bajo número de personas naturales. Para las empresas que lo pagan, esta carga, que se suma a las derivadas de la alta tarifa del impuesto de renta, la sobretasa del CREE y la imposición del IVA sobre los bienes de capital, genera un desincentivo adicional considerable para la inversión y puede estimular fugas de capital con el fin de evadirlo.
Alerta la comisión que estos desincentivos a la inversión resultan perjudiciales en períodos como el actual, de desaceleración en el crecimiento económico.
El cuatro por mil (GMF) es un impuesto de fácil recaudación y genera recursos importantes para el Gobierno cercano a 1,3% del PIB (producto interno bruto) en el último año, pero su alta tarifa actual podría ir en detrimento de la intermediación financiera.
También advierte la comisión que los impuestos relacionados con la protección del medio ambiente son bajos en el país.
La comisión la integran Ricardo Bonilla, Rosario Córdoba. Alfredo Lewin, Oscar Darío Morales, Soraya Montoya, Guillermo Perry, Julio Roberto Piza, Miguel Urrutia y Leonardo Villar.