Los funcionarios europeos rechazaron los últimos planes de Chipre para salvar al sistema bancario de la isla-nación y así permanecer en el euro. Esto ha generado una nueva ronda de conversaciones con Nicosia para evitar el colapso financiero antes del lunes, que es la fecha límite.
La propuesta involucraba proporcionarle capital a Laiki, el segundo banco más grande del país, y partirlo en un “buen” banco, para todos los depósitos inferiores a 100.000 euros, y un “mal” banco, para las cuentas grandes, entre ellas los depósitos de rusos.
Sin embargo, varios elementos de este plan, como el reunir 2.000 millones de euros al nacionalizar el fondo estatal de pensiones, y emitir bonos basados en ingresos futuros que se generen por depósitos de gas en alta mar, seguían siendo considerados como un punto de inicio inaceptable para Bruselas y Berlín.
Ángela Merkel, la canciller de Alemania, puso de relieve el viernes la oposición de Berlín al plan, al decir que la nacionalización del fondo de pensiones de Chipre no era aceptable.
“Hubo alguna discusión sobre volver al plan inicial de un impuesto sobre las cuentas de los bancos, pero hubo objeciones desde el banco central (de Chipre)”, dijo una persona cercana a las conversaciones.
Alemania considera que los dos bancos más grandes de Chipre, Laiki y el Banco de Chipre, ya son, en efecto, insolventes, y que sólo pueden recapitalizarse con una “contribución” de sus depositantes no asegurados más grandes, muchos de los cuales son extranjeros, en especial rusos.
Alemania considera que sólo un 20% de los grandes depósitos deben “contribuirse” bajo este plan.
Bajo la estrategia inicial, rechazada a principios de la semana por los parlamentarios de Chipre, se habría generado un impuesto para todas las cuentas bancarias.
Ya había largas filas en los cajeros automáticos de Nicosia el viernes en la mañana y un funcionario de Chipre resumió la sensación de desesperación al decir: “Estamos esperando que venga un mesías a salvarnos, y por supuesto no hay ninguno”.
El jueves el Banco Central Europeo (BCE) le impuso una clara fecha límite a Chipre con el anuncio de que interrumpiría los préstamos a bajo costo del eurosistema para los bancos de Chipre si no había un rescate acordado. Un evento así, dijeron los funcionarios, llevaría a un colapso de los bancos chipriotas y esto obligaría al país a salir de la zona euro.
Además de rechazar la última propuesta de la Unión Europea (UE), las conversaciones entre Michael Sarris, el ministro de finanzas de Chipre, y Anton Siluanov, su contraparte rusa, parecen no haber llegado a ningún acuerdo.
La intención de las conversaciones era reestructurar un préstamo de US$2.500 millones que se vence en 2016, así como cooperación entre los sectores bancarios y de energía.
“Las conversaciones han terminado, en cuanto concierne a Rusia”, les dijo Siluanov a los periodistas, luego de un segundo día de reuniones.