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Regulación financiera, por el camino correcto

¿Qué están haciendo los países de América Latina para evitar que en sus propios predios se repliquen crisis como la que vivió EE.UU. y la que está atravesando el continente europeo?

Arturo José Galindo*, Liliana Rojas Suárez*
17 de marzo de 2013 - 10:00 p. m.
Se requiere intensificar los controles en los procesos de crédito para evitar  riesgos a los bancos. / Archivo El Espectador.
Se requiere intensificar los controles en los procesos de crédito para evitar riesgos a los bancos. / Archivo El Espectador.

¿Qué están haciendo los países de América Latina para evitar que en sus propios predios se repliquen crisis como la que vivió Estados Unidos a finales de la década pasada y la que actualmente se presenta en Europa? Varios países de la región, en particular los de la región andina, se cuentan entre los líderes mundiales en el diseño y adopción de novedosos instrumentos regulatorios para lidiar con inestabilidades financieras similares a las que se han visto recientemente en las economías avanzadas.

Tradicionalmente los sistemas financieros se regulaban y supervisaban a partir del análisis de los riesgos de cada una de las entidades financieras que conforman el sistema a nivel individual. Sin embargo, la crisis global que golpeó al mundo entero a partir de mediados de 2008 dejó al descubierto que hay riesgos muy importantes que se dan en el sistema financiero, que son difíciles de detectar y mitigar a partir del análisis de cada institución financiera por separado.

Así, las prácticas de regulación y supervisión financiera se han expandido para incluir el análisis de los sistemas financieros en su conjunto. Esto ha conducido al diseño de medidas para mitigar el impacto de los riesgos macroeconómicos sobre la estabilidad financiera. En la jerga de los expertos en el tema, esto se conoce como “regulaciones macroprudenciales”.

Uno de los aspectos centrales de este nuevo tipo de regulaciones es la adopción de medidas para aminorar los ciclos crediticios, es decir, para evitar un excesivo crecimiento del crédito en los períodos de bonanza económica y un colapso del mismo en los períodos de vacas flacas.

Esto es importante, porque el crecimiento desbordado del crédito, como se ha comprobado crisis tras crisis, es el insumo principal en la generación de crisis bancarias. Usualmente, cuando la economía crece, los créditos morosos disminuyen significativamente y los estándares con que se asigna se relajan, y éste termina creciendo más rápido que la economía misma.

Luego, cuando la economía se desacelera, los créditos otorgados con criterios laxos se vuelven incobrables, las entidades financieras enfrentan pérdidas y, en el caso extremo, quiebran ocasionando trastornos a todo el sistema financiero y costos muy grandes tanto para los depositantes como para todos los contribuyentes, que terminan siendo afectados por la necesidad del Gobierno de rescatar el sistema financiero.

La experiencia de los países de América Latina, y de los andinos en particular, es que en los períodos de rápido crecimiento económico el crédito se expande más rápido y por períodos más largos y que cuando se contrae lo hace también por períodos más extensos que en otros países de similar nivel de desarrollo. Este hecho justifica con creces que se reforme la regulación financiera en nuestra región.

Nuestros estudios muestran que Colombia y Perú se destacan regionalmente por la utilización de instrumentos anticíclicos (sean estos requisitos de capital o provisiones anticíclicos) para aminorar los ciclos crediticios. Estos países, adicionalmente, han tomado medidas para mejorar la calidad del capital bancario y para mantener la liquidez del sistema en niveles adecuados.

Algunos países de la región, como Bolivia, Ecuador y Uruguay, entre otros, también están caminando este sendero. Aunque aún hay mucho camino por recorrer, es gratificante ver que la región avanza en la adopción de reformas regulatorias para evitar que se presenten colapsos financieros cuando se acabe este buen ciclo que atravesamos.

Estos instrumentos, así como los procedimientos para su implementación se analizan en una serie de trabajos con nuestra coautora Marielle del Valle (ver http://www.iadb.org/document.cfm? id=37387757).

 

*Arturo Galindo es economista principal del BID de la Región Andina y Liliana Rojas investigadora principal de Centro para el Desarrollo Global.

Por Arturo José Galindo*, Liliana Rojas Suárez*

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