En menos de quince días, el sistema eléctrico pasó de la tormenta perfecta a una llovizna casi imperceptible. Los aportes de las hidroeléctricas aumentaron casi hasta 80 % y los de los generadores térmicos se redujeron a la mitad. Como están las cosas, y si no hay sorpresas, se podría decir que el fantasma del apagón casi se ha desvanecido.
Aunque las precipitaciones hasta ahora se están recuperando, han ayudado a que el nivel agregado de los embalses no se reduzca, manteniéndolo por encima del 24 % en los últimos quince días. Esto quiere decir que la cantidad de agua para generar energía paulatinamente se ha estabilizado y los hidráulicos pueden aumentar su participación en la generación.
Alejandro Castañeda, director de la Asociación Nacional de Empresas Generadores (Andeg), explicó que “está lloviendo en el oriente y en el centro del país. Antioquia sigue estando por debajo de la media histórica, no ha repuntado. Por estas condiciones, las hidroeléctricas que más aportan son Guavio y Chivor”.
En consecuencia, los precios en bolsa, que son los que aplican para los clientes que no contrataron el servicio de energía para atender los hogares o el que requiere una industria para funcionar, han venido aflojando. De hecho, en los últimos diez días, un kilovatio/ hora pasó de costar poco más de $800 a menos de $200.
“En la medida en que las condiciones de hidrología se normalicen y entren en operación las plantas que estaban en mantenimiento, el precio de bolsa se irá normalizando. Esto representará un menor estrés financiero para las empresas generadoras que deben cumplir con el cargo por confiabilidad y representará una menor tarifa para los usuarios”, explicó Antonio García Rozo, presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem).
De acuerdo con María Noemí Arboleda, presidenta de XM, “la componente térmica en el sistema se ha reducido y la hidráulica ha aumentado nuevamente. La mayor parte de los aportes térmicos son gas y carbón, por lo que los líquidos están participando de una manera muy marginal”.
Los pronósticos indican que las precipitaciones serán mayores en los próximos meses, por lo que las empresas que tienen el agua como materia prima de generación de energía reducirán su percepción de riesgo y prenderán sus máquinas para aportar al sistema, que casi dependía de los térmicos.
La entrada en funcionamiento de las dos primeras unidades de la hidroeléctrica de Guatapé permitirá que la generadora aporte en los primeros días de mayo el 25 % de su capacidad. Esto tendrá un efecto inmediato en el nivel de los embalses, que llegará al 40 %, reduciendo la dependencia de las térmicas y llevando el sistema de vuelta a su estado natural.
Entre las reflexiones que deja la crisis eléctrica está la necesaria profundización de la pedagogía para que los usuarios hagan un uso más racional de la energía, no sólo para contribuir con el sistema sino con su bolsillo. Tema que, cómo ya quedó demostrado, es responsabilidad del Ejecutivo.
Si bien hay una evidente recuperación del sistema, los miembros del sector aseguran que es necesario que el ahorro continúe. A finales de este mes se determinará si se presentará el Fenómeno de La Niña o las condiciones serán iguales a las de un mayo cualquiera. Las probabilidades están divididas.