Se viene el Diálogo de Cartagena

John Chipman, director general del IISS. / Cortesia

Como si fuera una Cumbre de las Américas o un foro económico de Davos, en Suiza, los principales líderes económicos y políticos de los países que integran la Alianza del Pacífico (Perú, Chile, México y Colombia) se reunirán con sus pares del sudeste asiático en Cartagena los días 6, 7 y 8 de marzo. ¿Qué buscan? Integración, de eso se trata en el fondo. Por eso John Chipman, director general del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), puente y cerebro del encuentro, habló con El Espectador al respecto.

¿Qué sucederá el próximo 6 de marzo en Cartagena?

El IISS quería empezar un diálogo entre los dos lados del Pacífico. Con el desarrollo en 2011 de la Alianza del Pacífico (AP), ya es hora de comenzar a ver cómo pueden organizarse los países de ese grupo y tener relaciones más estrechas de tipo político y económico con sus contrapartes en Asia. La idea del diálogo de Cartagena es eso: empezar el proceso.

¿Cómo se ve a la AP?

Han hecho un trabajo muy importante, es una organización geoeconómica atractiva para el resto del mundo, pero no se conoce tan bien fuera de América Latina como debería ser el caso. La idea es que exista un papel más abierto, porque es claro que en el Reino Unido y Europa, quienes siguen la diplomacia de América Latina han estado interesados en el establecimiento de esa organización.

¿Qué papel juegan los empresarios en el Diálogo de Cartagena?

Queríamos asegurar que este debate no fuera sólo entre gobiernos, por eso tenemos al jefe de Mitsubishi en Japón, los filipinos que están interesados en trabajar un puerto en Colombia y muchos empresarios de su país que quieren facilitar inversiones y trabajar con los de afuera, además de demostrar su interés en Asia Pacífico. Este primer encuentro tiene que involucrarlos a todos.

Dice “primero”. ¿Habrá más?

Es tentativo. Si se ve que es algo que debemos repetir, el IISS estaría dispuesto. Incluso, cabe pensar que se podría hacer cada año. Lo importante del Diálogo de Cartagena es ver cómo se ven los dos lados del Pacífico y organizar las relaciones diplomáticas que se pueden fortalecer. Debe haber más acuerdos entre la AP y la agrupación que reúne a 10 países del sudeste de Asia. Esa pregunta se pondrá en debate.

¿Invertirán los empresarios asiáticos en Latinoamérica?

Eso es algo aún muy joven. Las regiones están lejos, pero hay países como China y Japón interesados en las commodities. La pregunta es qué otros sectores despiertan interés, como la agricultura. Queremos abrir los ojos de Asia sobre la AP. Este es un trabajo de 5, 10, 15 años; no se va a hacer en un año.

Hay muchos países observadores. ¿Es tan atractiva la AP como para que tanta gente la esté mirando?

Sí, los observadores son más de 30. Hay un valor fuerte en los países de la AP si se ven juntos, con un PIB semejante a Brasil e India. Hay que ver cómo se integran mucho más sus propias economías para que se pueda despertar un máximo interés en el mercado internacional. Por ahora se ven como países individuales. Japón, China, Corea, Singapur y Australia tienen mucho interés, que se verá reflejado en este Diálogo de Cartagena.

¿Qué oportunidades tiene un país como Colombia si producir en Asia es más barato?

Es un desafío. Por eso los países de la AP deben tener posiciones en común sobre economía internacional, como lo han hecho de vez en cuando. En 2013, en el Foro Económico Mundial, hablaron como un bloque de la guerra de monedas.

¿Qué tan fuertes son las relaciones políticas entre los países que integran los dos lados del Pacífico?

No son demasiado organizados, algunos tiene una buena política en América Latina, como China, Corea e India. Indonesia tiene un papel interesante por el G-20. Pero la idea de la integración en la AP no está en la vista empresarial de Asia. Espero que los primeros pasos se logren con este encuentro de Cartagena, que los ministros y empresarios que vengan, una vez regresen a Asia, hablen más de la AP. Ese será uno de los resultados más importantes del encuentro.