La producción de biocombustibles no atenta contra la seguridad alimentaria del país. Así lo señaló el presidente de Fedebiocombustibles, Jorge Bendeck, al explicar que de las 22,5 millones de hectáreas cultivables en el país, el sector del cual es líder gremial sólo utiliza el 0,8%, es decir, 200.000 hectáreas (160.000 de palma de aceite y 40.000 de caña de azúcar).
El dirigente recalcó que, de acuerdo con las proyecciones del sector, para 2020 la producción de biocombustibles usará 2,5% de la tierra cultivable del país.
Desde hace más de 10 años los productores de azúcar han utilizado el mismo número de hectáreas en sus cultivos. Por ejemplo, la producción actual de etanol se realiza con los mismos cultivos de caña sembrados antes del año 2000.
En cuanto a la producción de aceite de palma, los cultivos han venido creciendo a una rata de 30.000 hectáreas por año, en terrenos de pasturas degradables, es decir, que no compiten con la zona alimentaria, sostuvo Bendeck.
Así mismo afirmó que en el país apenas se utilizan 4,5 millones de hectáreas de los 22,5 millones existentes para producir alimentos, mientras que se emplean 40 millones de hectáreas para atender a 25 millones de cabezas de ganado, algo así como media hectárea por vaca.
“El problema de Colombia no es de tierra, sino de plata. Mucha gente no tiene cómo comprar los alimentos. Eso sí debe preocupar a la gente que cree que la industria de los biocombustibles amenaza la seguridad alimentaria de los colombianos”, indicó. En Europa, por ejemplo, se pierde el 50% de los alimentos cultivados por la falta de recursos para comprarlos.
El dirigente considera que los biocombustibles son una fuente de energía renovable y sostenible y que, dadas sus características, ayudan a mitigar los efectos del calentamiento global. También son biodegradables: el 85% se degrada en aproximadamente 28 días, mientras que los combustibles fósiles pueden durar años en ese proceso.
La industria de los biocombustibles genera 22.328 empleos directos y 44.656 indirectos, pero esta cifra se incrementará con la entrada de nuevas plantas de producción de etanol y biodiésel. En Castilla estará Biocastilla, que procesará 12.000 toneladas de palma anuales; en Santa Marta reabrirá sus puertas ODI, que era propiedad de inversionistas japoneses, la cual procesará 30.000 toneladas, y en la Zona Franca de Barranquilla abrirá Agrifus, con 30.000 toneladas más.
En cuanto al etanol, se construye una planta en Puerto Gaitán (Meta), que producirá 375.000 litros diarios, y está en proyección una en Pivijay (Magdalena).