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A pesar de que no era un desconocido en Davos, sintió la diferencia de inmediato. Era 2011. En su primera asistencia al Foro Económico Mundial como ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) de Colombia, Diego Molano se dio cuenta del enorme camino que tenía por delante, uno muy distinto al que desempeñó en sus días como alto ejecutivo de la española Telefónica.
“Era invitado al foro, pero no tenía acceso a las reuniones privadas”, recuerda desde Suiza, donde esta semana completa su cuarta asistencia como funcionario estatal. La situación hoy es distinta: el caso colombiano inspiró un informe sobre los modelos más exitosos en la meta mundial de lograr que la conectividad tecnológica se despliegue a todos los estratos de la población, en especial por las políticas generadas para que su cobertura se consolide, sobre todo, entre las poblaciones de escasos recursos.
Esas medidas, como la eliminación de aranceles para cierto tipo de equipos tecnológicos, la compra de tabletas y computadores para las escuelas públicas del país, los subsidios a las empresas que lleven conectividad a estratos bajos, el fomento a la creación de aplicaciones y el despliegue de redes de internet de alta velocidad (4G o LTE), también catapultaron su figura.
En esta edición del foro, Molano ha sido invitado como uno de los conferencistas especiales a tres sesiones de análisis donde se evaluaron los nuevos retos de la hiperconectividad en el mundo, la influencia de la tecnología en la competitividad de América Latina y los riesgos que trae consigo esta revolución en la seguridad de los ciudadanos.
“Se ha convertido en uno de los temas más importantes de análisis a raíz del escándalo de espionaje cibernético de la NSA. Hemos mirado muy de cerca la mejor forma de proteger la intimidad de los ciudadanos, al igual que la seguridad de los niños en el entorno digital”, comenta.
Su plan de gestión, Vive Digital, lanzado en 2010, ha sobrepasado las metas iniciales fijadas, a siete meses de que el Gobierno culmine su gestión. Uno de sus puntos fuertes ha sido la democratización de los accesos a internet: según cifras oficiales, hoy hay 777 municipios conectados a la Red Nacional de Fibra Óptica, desplegada por la firma Azteca Telecomunicaciones.
De la meta inicial de 700, el Gobierno espera culminar julio con 1.078 municipios conectados cuando las poblaciones del Pacífico, la Amazonia y la Orinoquia accedan a ella a través de tecnología de microondas terrestres y satelitales. Entonces el país contaría con 8,8 millones de accesos de alta velocidad, se habrían entregado alrededor de 2 millones de equipos (entre computadores y tabletas) a las escuelas públicas y se habrían desplegado 7.621 kioscos digitales.
Esos resultados, precisamente, le han abierto a Molano la puerta de entrada a las reuniones privadas en Davos con altos ejecutivos de multinacionales tecnológicas como Google, Facebook o la india Tata, las cuales buscan información de primera mano para una eventual participación en el siguiente gran negocio del sector en Colombia: la industria de aplicaciones.
“Desde el ministerio hemos destinado recursos para mejorar la formación, a través de becas, de quienes desarrollan aplicaciones móviles, al igual que hemos conseguido que se enseñe cómo programar desde el colegio. Sentimos que hay un gran trabajo por hacer porque la gente está poco informada y no conoce bien la industria, pero confiamos en su potencial porque aquí no hay desempleo”, asegura Molano.
Esa convicción se ha fortalecido en los diálogos con sus pares, quienes le han revelado que en otras latitudes se acumulan los proyectos sin desarrollar, por la ausencia de capital humano. Para aprovechar estos espacios, el Gobierno abrió esta semana una convocatoria para que 1.300 estudiantes financien estudios en áreas técnicas y tecnológicas en el sector TIC a través de créditos condonables (el programa cuenta con recursos por $9.324 millones).
“Gracias a ello estamos en el centro del debate, en especial por el potencial y el inmenso interés que genera la Alianza del Pacífico en el mundo”, concluye, refiriéndose al grupo económico que Colombia, Perú, Chile y México buscan consolidar.
dmayorga@elespectador.com