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El afamado vaso de cartón que tanto se promociona en el aeropuerto de Hong Kong, que se ve a cada rato en la Quinta Avenida de Nueva York, que sirve de excusa para la media tarde en la Gran Vía de Madrid y hasta funciona de pretexto para que los brasileros se encuentren en la Avenida Paulista de São Paulo, llegará a Colombia para jugar de local y, como lo ha hecho en los 62 mercados del mundo en los que está presente, ofrecerá un conocido modelo de venta de café bajo la marca Starbucks.
La misión, como lo hacen los jerarcas de los negocios, está comandada directamente por Howard Schultz, presidente del consejo y director general de la multinacional, quien aterriza hoy en Bogotá. Schultz, de apellido alemán, apasionado por el café y uno de esos tipos que hablan con fluidez del apasionante mundo de la trilla, el balance y la acidez del fruto, sabe que el mercado colombiano ya está cautivado con su marca local, Juan Valdez, y por eso tomó la decisión de venir personalmente a anunciar el aterrizaje de la marca que lidera.
Y viene él porque cuando llegó a la compañía, Starbukcs tan sólo tenía cuatro tiendas en aquel 1982. Ahora, con algo de tacto, mucho tacto, el que comenzó como director de operaciones y mercadotecnia, lleva el timón de una compañía con más de 17.600 puntos de venta en todo el mundo, así que viene a pelearle de tú a tú a Procafecol, la empresa dueña de Juan Valdez y que tiene 166 tiendas en Colombia y un total de 225 en el mundo. Está presente en Aruba, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Panamá y Perú. Y quieren abrir en Egipto, Singapur, Kuwait, Corea del Sur y en Brunei.
Starbucks fue fundada en 1971 por una trilladora de café en Seattle, Estados Unidos, y después comenzó a venderlo al detal en sus propios locales. Desde 1987, de acuerdo con cálculos de analistas del mercado, ha abierto dos nuevas tiendas cada día. En 2012 tuvo ganancias por US$13.290 millones, ingresos operativos por US$1.990 millones, ingresos netos de US$1.380 millones. Cuenta con 149.000 empleados y su acción cerró el viernes en US$71.97, subiendo 0.10%. Hace un año estaba en US$47.90 y en los mercados más parecidos al colombiano, el chileno y el peruano lleva 10 años y cuenta con unas 100 tiendas y 2.000 empleados.
“Colombia es uno de los países con las mejores condiciones para cultivar café. Su clima único y los suelos fértiles hacen que exista mucho interés en desarrollar y ampliar esta relación para utilizar el café de este origen de alta calidad”, le dijo a El Espectador uno de los altos directivos de la compañía desde Suiza, cuando pusieron en marcha un centro de apoyo a la caficultura en Manizales (Caldas). Hoy ya tiene contacto también con caficultores de Cauca y Nariño, a quienes les compra el café excelso pagando una prima de calidad.