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Transformación productiva del país se quedó en el pasado

Hace veinte años, la participación de la industria en el PIB era superior al 20 %, ahora estamos en el 11 %.

Jorge Sáenz Vargas
31 de mayo de 2016 - 01:57 a. m.
La participación del sector industrial en la generación del PIB del país ha llegado a extremos bajos.
La participación del sector industrial en la generación del PIB del país ha llegado a extremos bajos.

La política de modernización industrial se ha quedado tan rezagada como el mismo aparato productivo del país. Las metas de transformación productiva establecidas en los planes nacionales de desarrollo siguen muy distantes para aspirar a un buen grado de industrialización.

“La estructura productiva del país permanece concentrada en actividades básicas de baja productividad, lo que comporta que en la canasta exportadora prevalezcan productos primarios o de origen extractivo, y no bienes y servicios de sectores con capacidad de generación de valor agregado, como las manufacturas con contenido tecnológico”, advierte un informe de la Contraloría General.

El estudio “Liberación comercial y desarrollo productivo en Colombia” resalta que lo preocupante es que hasta el momento “no se evidencian avances sustantivos en cuanto a la diversificación del portafolio productivo, consolidando así la especialidad exportadora del país en bienes de naturaleza primaria”.

El aparato productivo colombiano se está quedando de los avances tecnológicos. “Es inadecuado (el aparato productivo) para ser competitivo frente a los procesos de competitividad que sí generan otros países”, advierte Germán Vargas Alvarado, de la Contraloría Delegada para Infraestructura y autor del estudio.

Estamos en una etapa de desindustrialización. Hace tres años, la ANIF, el centro de estudios académicos de las entidades financieras, lo advertía con la salida del país de la fabricante de llantas francesa Michelin: “El cambio de productor a comercializador de la firma francesa Michelin es una evidencia más del proceso de desindustrialización que afecta al país”.

La participación del sector industrial en la generación del Producto Interno Bruto (PIB) del país ha llegado a extremos bajos. Recuerda Vargas que hace veinte años la participación de la industria en el PIB era superior al 20 %, ahora estamos en el 11 %. “Todo eso es producto de la incapacidad que ha tenido nuestro país para modernizar la infraestructura industrial para garantizar que podamos competir con productos de valor agregado”.

En 2008, año en el que se formuló el programa de transformación productiva, las exportaciones de manufacturas representaban cerca del 30 % de las ventas externas totales del país y a marzo de 2016 eran el 25 %. Esa pérdida de participación de la industria muestra que el efecto ha sido todo lo contrario: no avanzamos, sino que retrocedimos. Cifras del DANE indican que en los tres primeros meses de este año la participación en el total de las exportaciones de las manufacturas es de 25,7 %, aportando apenas US$1.665,3 millones. Tienen más presencia el agro con 25,9 % y los combustibles y productos de la industria extractiva con el 44,3 %.

La recién posesionada ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture, considera que son varios los retos que tiene el país dentro de todo este proceso: “Tenemos todo el trabajo que hay que desarrollar en conjunto con el empresariado, los gremios (y) las asociaciones para lograr establecer una balanza comercial más equilibrada”.

La ANIF considera que se debe trabajar en aspectos como “acelerar la dotación de adecuada infraestructura, abaratamiento de los elevados costos de energía, aprovechamiento de los clusters, relocalización geográfica industrial y focalizarse en aquellos sectores que el Índice de Cambio Estructural Manufacturero muestra como potenciales ganadores”. Para el autor del estudio, “se requiere desconcentrar el aparato productivo con una política estatal activa que contemple la creación de conglomerados, clusters, parques industriales en zonas estratégicas como en las fronteras y en los puertos”.

La ministra Lacouture remarca: “Tenemos que trabajar en la oferta exportable, en la industria, en la productividad, en la innovación y todos sus procesos para lograr que Colombia sea moderna”. Vargas advierte que “el hecho de no haber podido construir un aparato productivo sólido y basado en la base de tecnológicos, nos hace vulnerables a las condiciones externas de precios de las materias primas”. Señala que ese cambio en las cotizaciones internacionales, como ocurre con el petróleo, “tiene una incidencia profunda en las finanzas públicas del país”.

El informe de la Contraloría General indica que desde 2008, cuando se dio a conocer la formulación de la política de competitividad y transformación productiva, la estructura productiva colombiana continúa generando principalmente bienes de baja y mediana complejidad. “No hay transformación de la actividad productiva industrial en el sentido de impulsar con mayor énfasis los productos que incorporen valor agregado industrial”.

La Encuesta Anual Manufacturera de 2014 del DANE muestra que 18 de las 56 agrupaciones industriales concentraron el 74,1 % de los establecimientos manufactureros. Los principales grupos industriales de acuerdo con sus niveles de producción bruta son fabricación de productos de la refinación del petróleo (21,1 %), fabricación de otros productos químicos (6,4 %), elaboración de bebidas (5,9 %), elaboración de otros productos alimenticios (4,7 %) y fabricación de productos minerales no metálicos (4,7 %). El 59,4 % de la producción bruta se concentró en las áreas metropolitanas de Bogotá (27,9 %), Medellín (14,9 %), Cali (10,8 %) y Cartagena (5,9 %).

Por Jorge Sáenz Vargas

 

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