Un adiós para Gabriel Rosas V.

Gabriel Rosas Vega en sus funciones como investigador./ Archivo

De Gabriel Rosas Vega sólo quedan buenos recuerdos. Los dejó en la academia, en el periodismo, en la base del catalogado Nuevo Liberalismo junto con Luis Carlos Galán, en el gobierno, en la Cámara de Representantes y también en el Senado. Los dejó en sus libros —media docena publicados—, en sus clases, sus charlas y certeros dardos de opinión donde no dudaba en criticar lo que él consideraba los desaciertos de los poderosos.

Para 1988, más exactamente el 9 de junio, por solicitud del entonces presidente Virgilio Barco, Rosas Vega fue nombrado ministro de Agricultura. Una designación esperada, pues era él de los mejores conocedores de la Colombia rural y quien tenía entre sus pergaminos toda una trayectoria entre el sector financiero, el cafetero y hasta el de investigador. Fue él, desde sus teorías de desarrollo, de los que primero hablaron de apertura económica, esa que pocos años después se convertiría en la bandera del gobierno de César Gaviria en materia comercial.

Escrito en las páginas de El Espectador, un texto sobre Rosas Vega lo describió así: “En 1966 fue jefe de investigaciones económicas del Banco Cafetero; en 1969, subgerente de la misma entidad, para 1971 se desempeñó como secretario general del Ministerio de Hacienda, en 1973 lo hizo como viceministro de la misma entidad, para 1974 ocupó la gerencia de la Corporación Central de Ahorro y Vivienda, para luego llegar en 1987 a servir como decano de la Facultad de Economía de la Universidad Javeriana”.

Y, acto seguido, se enuncian los títulos de algunos de los más importantes escritos de quien fuera columnista de este diario y articulista en El Tiempo y la revista Nueva Frontera: “Crédito agrícola y desarrollo”, “Control al gasto público”, “Análisis de la estructura fiscal en Colombia” y “Apuntes sobre política fiscal”. De don Gabriel Rosas Vega, bogotano, graduado de economía, artífice de parte del desarrollo cafetero desde la presidencia de la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia y de toda la estrategia liberal de la apertura, sólo quedan buenos muy buenos y gratos recuerdos.