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Una ecuación llamada Chipre

El rescate financiero de 10.000 millones de euros para Chipre es un punto de quiebre en la manera como la Eurozona lidia con los bancos que fracasan.

Peter Spiegel / Bruselas / Financial Times
26 de marzo de 2013 - 10:07 p. m.

Según Jeroen Dijsselbloem, presidente del grupo de ministros de la Eurozona, los líderes europeos ahora están comprometidos con “reducir los riesgos” para los contribuyentes de pagar por los rescates de los bancos y trasladarlos a los inversionistas.

El político habló algunas horas después de que Chipre lograra el acuerdo de último minuto con los acreedores internacionales, que evita el impuesto sobre las cuentas bancarias pero obligará a los grandes depósitos de los dos bancos más grandes de la isla a incurrir en graves pérdidas.

Las acciones de los bancos europeos y el euro cayeron luego de los comentarios, en medio de preocupaciones por la seguridad de los depósitos bancarios en futuros rescates. La moneda única cayó más de 1% con respecto al dólar, lo cual eliminó todas las ganancias luego del alivio en torno a que Chipre lograra un acuerdo.

El acuerdo le permitió al Banco Central Europeo (BCE) mantener su red de emergencia abierta para los bancos de Chipre e impidió un derrumbe del sector financiero, que habría amenazado la pertenencia del país a la zona euro.

Nicos Anastasiades, presidente de Chipre, anunció el martes en la noche que el país pondría en marcha restricciones al capital para impedir una fuga de capitales. Sin embargo, llamó la atención en torno al hecho de que introducir los controles “es una medida temporal que se relajará gradualmente”.

Al hablar con la prensa, Dijsselbloem dijo que la relativa calma en el mercado durante los últimos meses, junto con la ausencia de pánico en el mercado tras forzar a los inversionistas privados y a los dueños de las cuentas a pagar por el rescate de los dos bancos más grandes del país, le han permitido a la Eurozona atacar los dineros privados con más agresividad cuando fracasen los bancos.

“Eliminar el riesgo en el sector financiero para trasladarlo a los hombros públicos no es el camino adecuado. Es una aproximación que creo que nosotros, que ya hemos salido de lo peor de la crisis, deberíamos tomar de forma consecuente”, dijo Dijsselbloem, quien también es el ministro holandés de Finanzas.

Esta aproximación implicaría un cambio radical en el curso de la crisis desde 2010. En los rescates del sector bancario de España e Irlanda, similares a los de Chipre porque el fracaso de los bancos amenazó con generar la bancarrota de los gobiernos, hubo varias categorías de deudores privados que no fueron tocados. En particular los grandes portadores de bonos y los dueños de cuentas que no estaban asegurados.

 

 

Por Peter Spiegel / Bruselas / Financial Times

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